Las niñas y adolescentes de los sectores rurales no culminan a tiempo sus estudios en la escuela y conforme avanzan en edad sus posibilidades de terminarla se hacen aún más limitadas.
Las mujeres que no culminan sus estudios de secundaria, se constituyen en una población pobre, vulnerable y excluida de las posibilidades de desarrollo.
“Muchos padres optan por enviar a sus hijos a la escuela y a las hijas las dejan en casa para que cuiden a los hermanos menores y realicen tareas del hogar. Las niñas que van a la escuela en las zonas rurales no reciben educación de calidad. Son realidades que debemos enfrentar pero que deben cambiar”, dijo el Padre Jerónimo, ex director de Fé y Alegría, conocedor y promotor de programas rurales y quechua hablantes a favor de la niñez, en el programa La Rotativa del Campo.
Asimismo, indicó que si bien las niñas y adolescentes evitan dejar la escuela, es necesario articular los programas y contarle a los pobladores los beneficios que garantiza que una persona culmine sus estudios.
“Si nos comprometemos a hacer una educación que integra vamos a dar un gran aporte. La educación debe ir de acuerdo a la realidad de la zona, La educación hoy en día es muy selectiva y diferente. Ni las escuelas ni las universidades tienen el mismo valor, eso es lo primero que debería cambiar”, aseguró el Padre Jerónimo.
¿Qué barreras se les presenta a los niños, niñas y adolescentes de las zonas rurales?
• No se confía en la infancia
• La educación rural está formulada en realidades que ellos no conocen
• No hay condiciones materiales
• El acceso es limitado (las escuelas están lejos de sus hogares)
“Apostemos desde lo que nos toca vivir por una educación que oriente al bienestar del país y a la solidaridad”, puntualizó el Padre.
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