Un paracaídas para aviones o una diadema que elimina el dolor de cabeza son algunas de estas singulares creaciones.
La cuadragésima edición del Salón de los Inventos abrió en Ginebra con un guiño al medioambiente, donde los productos ecológicos, como bicicletas y coches ultraligeros propulsados por energía solar, son los protagonistas.
Desde Francia llegó un pequeño coche que se asemeja a un antiquísimo vehículo, pero que incorpora la más novedosa tecnología.
Su inventor, Zlatko Djukic, construyó un coche de 160 kilos de peso, con dos motores eléctricos que se alimentan con la energía solar que se capta a través de un panel que cubre todo el techo del coche.
También la bicicleta "HIS-Green E-Bike" incorpora tecnologías destinadas a respetar el medioambiente, entre las que destaca un pequeño panel solar situado sobre la rueda trasera, que va generando energía mientras se circula.
"El panel genera energía, pero también nosotros pedaleando podemos generar energía que se almacena en la batería -una pequeña caja situada debajo del sillín- y que después, al llegar a casa, se puede utilizar para recargar cualquier otro dispositivo", explicaron fuentes de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Yunlin (Taiwán).
Junto a la bicicleta de Yunlin, en el salón se puede ver un prototipo de otra alemana, aunque en este caso no tiene como objetivo generar y almacenar energía, sino utilizar toda la fuerza del cuerpo para manejarla, ya que posee dos pares de pedales: los clásicos y otros situados en el manillar.
También en esta edición del Salón del Invento, que concluye el domingo próximo, se puede contemplar una bola de cristal que tiene la característica de "convertir las ondas de wifi en ondas lineales no nocivas para el cuerpo humano", según explicó el artífice de este invento, Jacques Surbeck.
La bola en cuestión alberga en su interior una mezcla de óxidos de "tierras raras" que tienen la característica de "linealizar las ondas de wifi", lo que supone convertirlas en no dañinas para el cuerpo humano, pero sin interferir en el funcionamiento de la red.
Entre los inventos más llamativos se encuentra una casa de poliestileno capaz de construirse en quince minutos, y que según explicó su inventor "puede ser muy útil a la hora de gestionar catástrofes humanitarias".
La innovación consiste en una máquina en la que se introduce poliestileno, y que en 15 minutos logra producir una vivienda amplia y rígida, más o menos de la altura de dos personas.
Un paracaídas para aviones, un arnés que permite utilizar un paraguas sin sujetarlo con las manos, o una diadema que, según aseguran sus inventores, elimina el dolor de cabeza, son otros de los inventos que se pueden contemplar.
EFE
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