Es el segundo del mundo, tiene una extensión de 150 metros cuadrados y está ubicado en barrio de Castro bajo el nombre de Museo de Historia GLBT.
El primer museo gay de EE.UU. y el segundo del mundo abrirá mañana sus puertas en San Francisco, ciudad estandarte de la liberación homosexual, para narrar, por escrito y visualmente, una lucha de décadas por el respeto a la orientación sexual.
Un local de 150 metros cuadrados del barrio de Castro ha sido el elegido para ubicar el Museo de Historia GLBT (Gais, Lesbianas, Bisexuales y Transexuales) que, junto al Museo Gay de Berlín (Alemania), será el único del mundo dedicado a contar la historia de los homosexuales y los obstáculos a los que han debido enfrentarse.
"Quemaron nuestras cartas, difuminaron nuestros nombres, censuraron nuestros libros, declararon nuestro amor incalificable y negaron nuestra misma insistencia", reza, impresa en una de las paredes del museo, una frase tomada de un panfleto del Proyecto de Historia Gay de San Francisco en 1979.
Las gafas de sol rosas de Harvey Milk, que en los años 70 se convirtió en el primer político abiertamente gay de California, manuscritos de activistas y juguetes sexuales se encuentran entre los atractivos del museo, que la Sociedad Histórica GLBT de San Francisco llevaba una década planeando abrir.
"Hemos puesto lo mejor de nosotros para crear un museo tan rico, diverso y sorprendente como la propia comunidad GLBT. Sean gais, lesbianas, bisexuales, transgénero o heterosexuales, es seguro que los visitantes se conmoverán, aprenderán y se entretendrán", dijo en un comunicado Paul Boneberg, director de la Sociedad Histórica.
Una exposición de 11 meses de duración que se abrió en 2008, poco después de estrenarse la película "Milk", en la que Sean Penn encarnaba al famoso político, sirvió como prueba para comprobar la viabilidad económica del museo, que subsistirá a base de donaciones y requerirá 250.000 dólares en su primer año.
El propio Harvey Milk, fallecido en 1978, habría estado "orgulloso" del museo, dado "lo importante que es que los gais jóvenes sean conscientes de su legado y las dificultades" de quienes compartían su orientación sexual, dijo al "San Francisco Chronicle" Steve Porter, que dirige el cercano restaurante "Harvey"s".
Por el momento, el museo sólo cuenta con dos exposiciones, una titulada "Nuestro extenso pasado gay" y otra que recoge la colección de la Sociedad Histórica GLBT de San Francisco.
Pero con el tiempo, el museo pretende formarse una personalidad propia, que le distinga de otras instituciones como la Smitshonian de Washington, que en noviembre retiró un controvertido vídeo de una exposición dedicada a los retratos de homosexuales después de haber recibido quejas.
"Cuando las instituciones generalistas, incluso con su buena intención, intentan contar nuestras historias, las cuentan en sus propios términos. Aquí, podemos contarlas a nuestra manera y sin tener que disculparnos", explicó al "Chronicle" uno de los comisarios del museo, Gerard Koskovich.
EFE
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