Alegan que no pueden pagar consultas privadas, que cuestan cerca de 67 dólares en un país donde el salario mínimo es de 117 y temen contraer infecciones.
Dos mujeres y un hombre que se dedican a la prostitución se cosieron los labios para exigir al presidente boliviano, Evo Morales, una solución a la huelga de mes y medio de médicos y trabajadores sanitarios contra un decreto que aumenta su jornada laboral de seis a ocho horas.
Según constató Efe, los tres son parte de un grupo que inició hace seis días una huelga de hambre en El Alto, ciudad vecina de La Paz, porque no pueden acceder por el paro médico a la atención gratuita que tenían en los hospitales estatales.
Alegan que no pueden pagar consultas privadas, que cuestan cerca de 67 dólares en un país donde el salario mínimo es de 117, y temen contraer infecciones con riesgo para su salud, e incluso peligro de un brote de sida por falta de los controles médicos semanales.
Centenares de médicos, estudiantes de medicina y trabajadores de hospitales estatales han protagonizado desde marzo huelgas de hambre, bloqueos y manifestaciones, y se han crucificado o se han cosido los labios, además de chocar numerosas veces en varias ciudades con policías antidisturbios.
Los médicos y sanitarios exigen a Morales que anule el decreto que amplía su jornada de seis a ocho horas, argumentando que eso no resolverá las carencias de equipos, infraestructura y personal en los hospitales estatales y de la seguridad social.
A esta huelga se sumaron en los últimos meses paros de la Central Obrera Boliviana, bloqueos de transportistas, cierres de vías que llevan a países vecinos y una marcha indígena contra una carretera que promueve Morales en una reserva natural amazónica, entre otros conflictos que acosan al mandatario.
EFE
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