Pese a las críticas el primer ministro ruso confía en la transparencia del proceso electoral presidencial que lo coloca como uno de los favoritos.
El candidato favorito a ganar las elecciones presidenciales de Rusia, el primer ministro Vladímir Putin, acudió junto a su esposa a depositar su voto a un colegio electoral de Moscú.
"Dormí bien, hice ejercicio y después vine aquí para votar", dijo el candidato de la oficialista Rusia Unida, citado por la agencia Interfax.
El primer ministro, a la pregunta si conocía las numerosas denuncias sobre irregularidades que se producen en todo el país, aseguró que todavía no se ha puesto en contacto con los jefes de su campaña electoral.
Putin manifestó que espera "una buena participación" de los ciudadanos en los comicios: "Estoy seguro de que la gente actuará con responsabilidad".
El favorito a obtener la victoria, según todos los sondeos previos a la jornada electoral, fue el último de los cinco candidatos a la Presidencia de Rusia en acudir a las urnas.
Poco antes lo hizo el líder de la socialdemócrata Rusia Justa, Serguéi Mirónov, que tras hacerlo señaló a los periodistas que la de hoy será la única jornada electoral para elegir al próximo jefe de Estado ruso.}
"Estoy seguro de que no habrá segunda vuelta en estas elecciones presidenciales, ya que el presidente será elegido ya en primera vuelta", dijo el candidato, que agregó que los rusos darán su voto "por el pájaro en mano más que por mil volando".
El que fuera presidente del Consejo de Federación (Senado) ruso manifestó que no tiene confianza en el proceso electoral y expresó su esperanza de que "la situación real de las preferencias políticas de los rusos será dada por el recuento alternativo de votos".
Lo dijo en alusión a la iniciativa de la ONG Golos, defensora de los derechos de los electores, que realizará un recuento paralelo de votos en todos los colegios de Moscú y en otros 10.000 del resto del país.
El primer aspirante a la Presidencia en acercarse a las urnas fue el multimillonario y candidato independiente Mijail Prójorov, que a diferencia del resto de sus rivales votó en su patria chica, en la región siberiana de Krasnoyarsk, a más de 4.000 kilómetros de la capital rusa.
Poco después hizo lo propio en Moscú Vladímir Yirinovski, candidato por el Partido Liberal Democrático de Rusia (PLDR), que criticó las cabinas de votación en las cuales los electores rellenan sus papeletas.
"No son cabinas, sino una profanación. Puedo ver lo que hace una persona en esa cabina. No es una cabina para una votación secreta", dijo Yirinovski a la salida del colegio electoral de Moscú en el que depositó su voto.
El candidato comunista Guennadi Ziugánov, tras votar en un colegio electoral de Moscú, no quiso decir a los periodistas si confía en la celebración de una segunda vuelta pero indicó "cuanta más alta sea la participación mayor será la competencia".
La participación a las 13.00 hora de Moscú (09.00 GMT) alcanzaba el 31,1 % del censo, según la Comisión Electoral Central (CEC) rusa, a pesar de que ya habían cerrado para entonces los colegios electorales de las regiones más orientales del país que también son las menos pobladas.
Mientras tanto, formaciones políticas, sociales y ONG han denunciado ya numerosas irregularidades que se registran en toda Rusia.
El Partido Comunista de Rusia (PCR) contabilizó más de 40 irregularidades sólo en la capital rusa, mientras que la agrupación opositora Liga de los Votantes y la ONG Golos denunciaron que los electores son traídos en grupos a los colegios electorales de Moscú y la región de Moscú desde otras regiones del país.
Por su parte, el partido liberal Yábloko, cuyo líder Grigori Yavlinski fue vetado para concurrir a estas elecciones, denunció junto con los observadores de Prójorov más de dos mil irregularidades en los colegios de todo el país.
EFE
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