Se ´ha sugerido´ a los propietarios de hoteles y restaurantes del país que no coloquen en vestíbulos o comedores los ornamentos característicos de la Navidad.
El Rabinato de Israel ha declarado la guerra a los objetos decorativos navideños, que considera hieren las sensibilidades de parte de la población del país de mayoría judía, y recomienda a hoteles y restaurantes retirarlos de zonas públicas.
En lo que para muchos es Tierra Santa, el lugar donde Jesús dio sus primeros pasos, predicó su mensaje y fue crucificado, los abetos, bolas, guirnaldas, lazos de colores, belenes y Santas que conmemoran su nacimiento, parece que tienen los días contados.
"Pensamos que se trata de una buena recomendación para los propietarios de hoteles y lugares de ocio a fin de impedir inconvenientes a muchos huéspedes judíos", declaró a Efe el rabino Oded Weiner, director general del Rabinato de Israel.
El responsable explicó que se "ha sugerido" a los propietarios de hoteles y restaurantes del país que no coloquen en vestíbulos o comedores los ornamentos característicos de la Navidad, y que los limiten a lugares reservados para satisfacer a sus clientes cristianos.
"Creemos que a algunos judíos ultra-ortodoxos les molestan los ornamentos porque de alguna manera son símbolos cristianos vinculados a la Navidad y sienten que tras siglos en que el pueblo judío no tuvo un hogar, ahora en Israel continúan en el exilio", afirmó el rabino Wiener al explicar la decisión.
En un amplio artículo a tres columnas, el popular diario "Yediot Aharonot", publicaba esta semana que la recomendación del Rabinato ha creado cierta tensión entre Israel y El Vaticano, extremo que ha negado el Rabinato.
El diario afirmaba que congresistas de EEUU han denunciado lo que consideran una falta de libertad religiosa en Israel.
El jefe del departamento de "Kashrut" (reglas de alimentación e higiene judías), Yacob Sabag, restó importancia a la polémica.
"Sencillamente sugerimos que no se pongan ornamentaciones navideñas porque la Navidad no es una festividad judía", declaró Sabag, responsable de hacer cumplir en restaurantes y establecimientos públicos la ley mosaica.
El Rabinato es la máxima autoridad religiosa judía y rige sobre los usos y costumbres civiles ostentando prácticamente un exclusivo monopolio sobre la legislación marital y de divorcio, enterramientos, asuntos relacionados con la alimentación y conservación de productos o incluso en materia agrícola.
"Hemos barajado varias opciones porque no queremos perjudicar a los que quieran celebrar la festividad (de la Navidad), pero al mismo tiempo tampoco queremos que se hieran las sensibilidades de otros", apuntó Sabag.
Según "Yediot", el Rabinato de Jerusalén está igualmente trabajando para verificar que los tradicionales abetos navideños no se exponen en lugares de esparcimiento, sobre los que pesa la amenaza de que se les retire el certificado de "kashrut", es decir, que cumplen escrupulosamente las normas judías.
A esto se ha sumado la campaña iniciada la semana pasada por el "Lobby para los Valores Judíos", que ha distribuido circulares en las que condena la celebración de la Navidad y exhorta al público a boicotear los restaurantes y hoteles que se dejen llevar por esos "estúpidos" símbolos cristianos.
Pese a que la vida y obra de Jesús de Nazaret se desarrolló en esta región del planeta, en el moderno Estado de Israel, fundado en 1948, la Navidad es una celebración que suele pasar desapercibida para la mayor parte de la población mayoritariamente judía.
No obstante, en las últimas décadas ha habido un cambio de tendencia favorecido por el influjo de inmigrantes de las ex repúblicas soviéticas, a la que se ha venido a sumar la globalización y la visita de miles de turistas occidentales.
Así, hoy en día no es raro encontrar en grandes almacenes y establecimientos comerciales objetos decorativos que recuerdan la Fiesta de la Natividad o del Nacimiento -como se conoce popularmente en Israel-, y que al igual que Halloween tenga cada vez más adeptos.
Pero ante la recomendación del Rabinato, los seguidores de esta moda foránea en el Estado judío deberían preguntarse, como lo hace cínicamente el diario "Haaretz", si el abeto o el Papá Noel son "kosher". EFE
En lo que para muchos es Tierra Santa, el lugar donde Jesús dio sus primeros pasos, predicó su mensaje y fue crucificado, los abetos, bolas, guirnaldas, lazos de colores, belenes y Santas que conmemoran su nacimiento, parece que tienen los días contados.
"Pensamos que se trata de una buena recomendación para los propietarios de hoteles y lugares de ocio a fin de impedir inconvenientes a muchos huéspedes judíos", declaró a Efe el rabino Oded Weiner, director general del Rabinato de Israel.
El responsable explicó que se "ha sugerido" a los propietarios de hoteles y restaurantes del país que no coloquen en vestíbulos o comedores los ornamentos característicos de la Navidad, y que los limiten a lugares reservados para satisfacer a sus clientes cristianos.
"Creemos que a algunos judíos ultra-ortodoxos les molestan los ornamentos porque de alguna manera son símbolos cristianos vinculados a la Navidad y sienten que tras siglos en que el pueblo judío no tuvo un hogar, ahora en Israel continúan en el exilio", afirmó el rabino Wiener al explicar la decisión.
En un amplio artículo a tres columnas, el popular diario "Yediot Aharonot", publicaba esta semana que la recomendación del Rabinato ha creado cierta tensión entre Israel y El Vaticano, extremo que ha negado el Rabinato.
El diario afirmaba que congresistas de EEUU han denunciado lo que consideran una falta de libertad religiosa en Israel.
El jefe del departamento de "Kashrut" (reglas de alimentación e higiene judías), Yacob Sabag, restó importancia a la polémica.
"Sencillamente sugerimos que no se pongan ornamentaciones navideñas porque la Navidad no es una festividad judía", declaró Sabag, responsable de hacer cumplir en restaurantes y establecimientos públicos la ley mosaica.
El Rabinato es la máxima autoridad religiosa judía y rige sobre los usos y costumbres civiles ostentando prácticamente un exclusivo monopolio sobre la legislación marital y de divorcio, enterramientos, asuntos relacionados con la alimentación y conservación de productos o incluso en materia agrícola.
"Hemos barajado varias opciones porque no queremos perjudicar a los que quieran celebrar la festividad (de la Navidad), pero al mismo tiempo tampoco queremos que se hieran las sensibilidades de otros", apuntó Sabag.
Según "Yediot", el Rabinato de Jerusalén está igualmente trabajando para verificar que los tradicionales abetos navideños no se exponen en lugares de esparcimiento, sobre los que pesa la amenaza de que se les retire el certificado de "kashrut", es decir, que cumplen escrupulosamente las normas judías.
A esto se ha sumado la campaña iniciada la semana pasada por el "Lobby para los Valores Judíos", que ha distribuido circulares en las que condena la celebración de la Navidad y exhorta al público a boicotear los restaurantes y hoteles que se dejen llevar por esos "estúpidos" símbolos cristianos.
Pese a que la vida y obra de Jesús de Nazaret se desarrolló en esta región del planeta, en el moderno Estado de Israel, fundado en 1948, la Navidad es una celebración que suele pasar desapercibida para la mayor parte de la población mayoritariamente judía.
No obstante, en las últimas décadas ha habido un cambio de tendencia favorecido por el influjo de inmigrantes de las ex repúblicas soviéticas, a la que se ha venido a sumar la globalización y la visita de miles de turistas occidentales.
Así, hoy en día no es raro encontrar en grandes almacenes y establecimientos comerciales objetos decorativos que recuerdan la Fiesta de la Natividad o del Nacimiento -como se conoce popularmente en Israel-, y que al igual que Halloween tenga cada vez más adeptos.
Pero ante la recomendación del Rabinato, los seguidores de esta moda foránea en el Estado judío deberían preguntarse, como lo hace cínicamente el diario "Haaretz", si el abeto o el Papá Noel son "kosher". EFE
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