Los vaivenes de los mercados internacionales son el principal peligro para la patria de James Joyce de cara a 2012.
Irlanda, el primer país europeo en ser rescatado por la Unión Europea (UE) y el FMI, ha dado muestras durante 2011 de recuperación pese a que la continua inestabilidad de la zona euro amenaza con frenar los progresos alcanzados.
El año comenzó para la ciudadanía irlandesa y su Gobierno como acabó 2010, sin "brotes verdes" a la vista y en estado de shock ante la magnitud de su problema de deuda.
La intervención internacional en las finanzas irlandesas en noviembre de 2010 y la percibida pérdida de soberanía fueron vistas, además, como una vergüenza nacional, no menos por la manera en que se destruyeron dos décadas de prodigioso crecimiento durante la llamada economía del "Tigre Celta".
Una economía edificada sobre el ladrillo del "boom" de la construcción, baja fiscalidad e incentivos para las multinacionales extranjeras que, a la larga, la ha convertido en una de las más globalizadas del mundo y más expuestas a los vaivenes de los mercados internacionales.
Ese es el principal peligro para Irlanda de cara a 2012, explicó a Efe el economista de la consultora dublinesa Bloxham Alan McQuaid, quien no obstante celebra los pasos dados por el actual Gobierno de coalición entre conservadores y laboristas desde que accediera al poder el pasado febrero.
"Las previsiones de crecimiento del Ejecutivo son, quizá, demasiado optimistas dada la situación internacional y, si no se cumplen, tendremos problemas para cumplir con los objetivos presupuestarios", señala el experto.
El programa de ayuda a Irlanda, cuantificado en 85.000 millones de euros, obliga al Gobierno a introducir medidas de ajuste encaminadas a ahorrar 3.800 millones de euros en 2012 para reducir su déficit público hasta el 8,6 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB).
La "hoja de ruta" irlandesa también prevé que 1.600 millones de euros irán a parar a las arcas del Estado a través de impuestos adicionales, mientras los 2.200 millones restantes se obtendrán de una severa reducción del gasto público, lo que afectará sobre todo al sistema de bienestar.
En un contexto "ideal", indican a Efe fuentes del Banco Central Irlandés (ICB), el PIB crecería entre un 1,6 y un 1,8 por ciento durante 2012, entre tres y cinco décimas menos que lo pronosticado el pasado julio, debido sobre todo a una previsible caída de la actividad con sus tradicionales socios comerciales, como el Reino Unido.
El ICB también predice que el Producto Nacional Bruto (PNB), que excluye las aportaciones de las multinacionales y que, para muchos expertos, es un indicador económico más fiable, podría crecer un 0,7 por ciento el próximo año.
Si no se cumplen esas previsiones y la economía europea entra en recesión, advierte McQuaid, Irlanda no alcanzará los objetivos marcados en su rescate por la UE, en Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Hasta la fecha, no obstante, la llamada troika ha certificado en sus revisiones trimestrales los progresos alcanzados por el Gobierno de Dublín, considerado por países como Alemania como ejemplo a seguir.
En su análisis del pasado octubre, los tres organismos felicitaron al Ejecutivo por completar la recapitalización de la banca nacional con un gasto para el contribuyente menor del esperado, gracias a la participación del sector privado y a las quitas impuestas a los tenedores de deuda subordinada.
Para la troika, el Gobierno también ha acometido "importantes reformas estructurales", lo que unido a su "sólida" política económica ha contribuido a reducir su deuda soberana, todavía una de las mayores después de la griega.
No obstante, la troika también predijo entonces que Irlanda sufrirá una "ligera contracción" de la demanda interna, razón por la que, junto a esos otros factores, su pronóstico de crecimiento del PIB para 2012 se sitúa en torno al 1 por ciento, por debajo del de Dublín y el ICB.
Sin un saludable nivel de consumo interno no habrá crecimiento, recuerda McQuaid, y sin éste no se cumplirán los objetivos presupuestarios para el déficit, lo que a su vez, retrasará la vuelta de Irlanda a los mercados de deuda hasta, quizá, 2013. (EFE)
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