El Gobierno camboyano planea iniciar las operaciones de limpieza y desactivación de los explosivos que Estados Unidos arrojó en el país.
Los ríos y lagos de Camboya ocultan un número indeterminado de las bombas que Estados Unidos arrojó en el país y de las minas antipersonales que se usaron en las contiendas posteriores, para peligro de los pescadores y la población local.
El Gobierno camboyano planea iniciar las operaciones de limpieza y desactivación de explosivos en los afluentes del país el mes próximo, coincidiendo con el final de la estación lluviosa, una tarea que ha sido probada en dos ocasiones anteriores.
"Según los datos del ejército de EEUU, casi 3 millones de bombas cayeron en Camboya entre 1970 y 1975. Además, entre 4 y 6 millones de minas fueron colocadas entre 1970 y 1998. No obstante, se desconoce cuántos de estos artefactos se encuentran en los ríos o lagos del país", afirma a Efe Khun Ratana, portavoz del Centro de Acción contra las Minas en Camboya (CMAC, en inglés).
Artefactos explosivos y municiones que se hundieron con los barcos se cobran la vida de pescadores desde hace décadas y obstruyen proyectos de desarrollo.
El pasado agosto, las obras de cimentación de un puente en la provincia de Kandal, desde donde el río Mekong pasa a Vietnam, se tuvo que paralizar tras la explosión de una bomba enterrada en el lecho fluvial.
"Con una economía en crecimiento, crece la demanda de nuevas carreteras y puentes. Además, proliferan las grandes construcciones, el uso de la tierra para agricultura y los nuevos asentamientos para desplazados", apunta Ratana vía correo electrónico.
En marzo de 2011, se llevó a cabo la primera misión submarina en el río Tonle Sap, en la provincia de Kampong Chhnang, donde se probaron los equipamientos de buceo y los sistemas de detección durante la localización y recogida de 940 artefactos sin detonar entre cohetes, morteros y artillería pesada.
Una segunda operación se llevó a cabo a finales de mayo del 2011 en el Mekong, entre las provincias de Kandal y Prey Veng, con el objeto de ensayar y verificar el funcionamiento de los sistemas prototipo, y que permitió desenterrar más de 3.000 explosivos.
Según datos del Centro de Acción, el número víctimas mortales a causa de las explosiones de minas y otros artefactos ha descendido de las 2.150 que se registraron en 1998 hasta las 211 del año pasado.
EFE
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