Director de la saga del "Hombre Araña" regresa al rubro que le dio fama
Con la tranquilidad que da haber llenado las arcas con tres entregas de "Spiderman", el cineasta estadounidense Sam Raimi vuelve al cine que le dio fama, la serie B, con "Dram Me to Hell", enmarcada en un subgénero llamado a encontrar miles de "afectados": el terror hipotecario.
Era de esperar que la crisis económica tuviera su traslación al cine, pero no lo era tanto que fuera el terror el encargado de utilizarlo como elemento de inspiración.
Sam Raimi, con guión de su hermano Ivan, vuelve a mezclar sangre, humor y vísceras en esta película, una serie B pulida por el holgado presupuesto, que se ha proyectado en el Festival de Cannes, fuera de concurso.
"Me ha encantado hacer toda la saga de "Spiderman", trabajar con los avances técnicos y todo eso. Pero en esas películas no hay intimidad, es como si fuera dirigir una orquesta sinfónica. Ahora, en cambio, es como si hubiera formado un cuarteto de jazz", explicó Raimi en la rueda de prensa.
"Drag Me to Hell" es la historia de una joven, interpretada por Allison Lohman, que trabaja en una oficina de préstamos hipotecarios. Un día, una misteriosa señora, papel desempeñado por Lorna Raver, le solicita una prórroga para la devolución de su crédito, pero ella se la niega. Por supuesto, la venganza será terrible.
El encuentro con la prensa estuvo tomado por los seguidores, que desviaron gran parte del interés a las preguntas más que a las respuestas. "¿Crees que el cine de terror pornográfico debería entrar en los grandes festivales?", preguntó un hombre.
"¿Crees que "Anticristo" -la metáfora existencial de Lars von Trier- es un remake de "En la boca del miedo" -el primer éxito de Raimi-?", prosiguió. Por algo Reimi afirmaba sentirse "como en casa", confesó. Y la película de Von Trier prosigue su camino de reconversión den cinta de culto del cine de parodia.
"Todas las formas artísticas sorprendentes deberían tener cabida en los festivales, aunque no sean socialmente muy aceptadas", contestó a lo primero. "No sé quién es Lars von Trier", respondió, esta vez sin ironías, a lo segundo.
Su hermano Ivan estuvo más ocurrente al afirmar, con gesto serio, que esta película "está basada en una historia real", mientras Sam reconocía que "la idea del guión es muy previa a la situación económica actual", por lo que la vigencia de la historia ha sido una casualidad muy oportuna para el potencial éxito del filme.
A pesar de que la trama evoluciona pronto hacia la carnicería pura, todos los miembros del equipo señalaron que había sido "muy divertido" rodar la película, que fue celebrada por el público más nostálgico de títulos como "Ola de crímenes, ola de risas" (1985).
En cualquier caso, Raimi aseguró que este regreso "no me ha obligado a reeducarme en el terror. Entonces y ahora sigo teniendo mucho que aprender para seguir mejorando".
EFE
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