Conoce esta experiencia de éxito a través de una de sus habitantes Lizbeth Huamán Chauca.
La comunidad Santa Filomena se ubica en el distrito de Chancos, provincia de Lucanas, en el departamento de Ayacucho. Se trata de un pintoresco poblado; pero hace algunos años su población vivía en pobreza extrema, donde mujeres y niños tenían como fuente de trabajo la minería informal, con todos los riesgos que ello involucraba. Sin embargo, gracias a una oportuna intervención, se revertió esta situación siendo el principal logro, la erradicación del trabajo infantil y el retorno de los niños y niñas a las escuelas. Lizbeth Huamán, es testigo de esta transformación, una experiencia de éxito que puede replicarse en otras zonas del país.
La historia de este caserío comienza en la segunda mitad de los años ochenta, con la migración de poblaciones de las zonas más golpeadas por la violencia terrorista que buscaban un poco de oro para el sustento de sus familias.
Es así como se constituye como un poblado dependiente de la minería artesanal, que como sabemos tiende a ser considerada una oportunidad y un problema. Oportunidad por el desarrollo que trae para sus habitantes, pero problema cuando esta actividad es informal.
Lamentablemente por varios años la ilegalidad predominó en Santa Filomena con las consecuencias que traía para los derechos de los niños del centro poblado, que constituyen casi el 50% de los habitantes.
Pero la transformación llegó a la comunidad en 1998, con la intervención del Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil de la Organización Internacional del Trabajo junto a la organización privada Cooper Acción y entidades del estado peruano.
El modelo de intervención se basó en la promoción del desarrollo sostenible de la comunidad y en el compromiso de su participación activa. Combinando estrategias de formalización, modernización productiva, fortalecimiento organizativo, mejora de la protección social, generación de ingresos para mujeres, sensibilización de la población y desarrollo de los servicios de educación, nutrición y salud, se logró en un plazo relativamente corto retirar y prevenir el trabajo en las minas de centenares de niños y niñas.
La experiencia en Santa Filomena, ha sido en los últimos años una de las más completas y emblemáticas en demostrar que es posible prevenir y eliminar el trabajo de niños y niñas a través de una acción con alto compromiso de las organizaciones locales y con un enfoque integral de la intervención que apunta al desarrollo sostenible de la localidad y de las familias.