Un centenar de diseñadores, desde Ralph Lauren hasta Marc Jacobs, se preparan para mostrar sus colecciones del 10 al 17 de septiembre en distintos puntos de la ciudad.
La moda retoma el camino de las pasarelas en Nueva York, donde tras un año de crisis se inicia este jueves la semana de la moda del "pret-a-porter" primavera-verano 2010, antes de Milán, París y Londres.
Mientras que un centenar de diseñadores, desde Ralph Lauren hasta Marc Jacobs, pasando por Diane von Furstenberg y Philip Lim, se preparan para mostrar sus colecciones del 10 al 17 de septiembre bajo las carpas de Bryant Park o en varias salas o museos de la ciudad, el alcalde Michael Bloomberg decretó que el 10 de septiembre será la "noche de la moda".
Cerca de 700 puntos de venta participarán en la operación y permanecerán abiertos hasta tarde el miércoles, proponiendo a los fanáticos de la moda aperitivos, presentaciones y eventos promocionales.
"La moda emplea a unas 175.000 personas en Nueva York y genera 10.000 millones de dólares en ingresos, y esta industria no existe sin las compras", anuncian en un vídeo una decena de celebridades, incluyendo la jefa de redacción de Vogue, Anna Wintour, la actriz Sarah Jessica Parker, el cantante de rapp Diddy o Diane Von Furstenberg, presidenta de la sociedad de creadores norteamericanos (Council of Fashion Designers of America, CFDA).
Todos tienen puesto una camiseta negra y blanca que se pondrá a la venta en las tiendas esa noche, víspera de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 contra el World Trade Center y un 40% de lo recaudado por la venta de entradas irá para el memorial del 11 de septiembre.
Desde hace un año, la letanía de cierre de tiendas, fusiones y adquisiciones de marcas o despidos de personal cambió por completo el panorama.
El imperio de las compras se adapta mal o bien a lo que parece ser un cambio duradero en los hábitos de los consumidores.
El fin de las vacaciones de verano no parece haber modificado sustancialmente la tendencia. "Hay claros indicios de recuperación económica, pero todavía desconocemos el impacto sobre el consumidor", estima Esteban Bowles, especialista de comercio minorista de A.T. Kearney, una empresa de asesoramiento estratégico, entrevistado por el Women"s Wear Daily (WWD).
Las cifras del mes de agosto son mixtas: las grandes tiendas siguen sufriendo, con una merma de la facturación del 10% de media, según el WWD, publicación muy bien informada del mundo de la moda.
Todas las grandes tiendas no sufren tanto como Saks y Neiman Marcus, cuya facturación cayó un 20% con relación a 2008, o Macy"s (-8%). Algunos, como Kohl"s en Nueva Jersey, lograron incluso permanecer estables.
"Los consumidores buscan los buenos negocios, y por lo tanto los minoristas deben combinar calidad y competitividad de precios", estimó Esteban Bowles.La estrategia resultó buena para ciertas marcas.
En el "mass market", J.Crew publicó un beneficio neto de 18.600 millones de dólares en el segundo trimestre de 2009, en ligera alza en relación a 2008."Nada como una buena recesión para aprender a manejar bien los negocios", estimó en una rueda de prensa el presidente de J.Crew, Millard Drexeler.
En un mercado de nichos también se puede ser exitoso, como el de la marca Rag&Bone, que pasó de 28 a 60 asalariados y de 120 tiendas a más de 300.
Analizando su éxito, uno de sus dos fundadores, Marcus Wainwright, insiste en el regreso de la calidad. El 90% de la colección se produce en las fábricas norteamericanas que trabajan desde hace décadas en la industria textil.
"Nuestra vestimenta es fácil de llevar y de excelente calidad, y es lo que la gente busca en períodos de recesión", estimó Wainwright en el WWD.
AFP
Mientras que un centenar de diseñadores, desde Ralph Lauren hasta Marc Jacobs, pasando por Diane von Furstenberg y Philip Lim, se preparan para mostrar sus colecciones del 10 al 17 de septiembre bajo las carpas de Bryant Park o en varias salas o museos de la ciudad, el alcalde Michael Bloomberg decretó que el 10 de septiembre será la "noche de la moda".
Cerca de 700 puntos de venta participarán en la operación y permanecerán abiertos hasta tarde el miércoles, proponiendo a los fanáticos de la moda aperitivos, presentaciones y eventos promocionales.
"La moda emplea a unas 175.000 personas en Nueva York y genera 10.000 millones de dólares en ingresos, y esta industria no existe sin las compras", anuncian en un vídeo una decena de celebridades, incluyendo la jefa de redacción de Vogue, Anna Wintour, la actriz Sarah Jessica Parker, el cantante de rapp Diddy o Diane Von Furstenberg, presidenta de la sociedad de creadores norteamericanos (Council of Fashion Designers of America, CFDA).
Todos tienen puesto una camiseta negra y blanca que se pondrá a la venta en las tiendas esa noche, víspera de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 contra el World Trade Center y un 40% de lo recaudado por la venta de entradas irá para el memorial del 11 de septiembre.
Desde hace un año, la letanía de cierre de tiendas, fusiones y adquisiciones de marcas o despidos de personal cambió por completo el panorama.
El imperio de las compras se adapta mal o bien a lo que parece ser un cambio duradero en los hábitos de los consumidores.
El fin de las vacaciones de verano no parece haber modificado sustancialmente la tendencia. "Hay claros indicios de recuperación económica, pero todavía desconocemos el impacto sobre el consumidor", estima Esteban Bowles, especialista de comercio minorista de A.T. Kearney, una empresa de asesoramiento estratégico, entrevistado por el Women"s Wear Daily (WWD).
Las cifras del mes de agosto son mixtas: las grandes tiendas siguen sufriendo, con una merma de la facturación del 10% de media, según el WWD, publicación muy bien informada del mundo de la moda.
Todas las grandes tiendas no sufren tanto como Saks y Neiman Marcus, cuya facturación cayó un 20% con relación a 2008, o Macy"s (-8%). Algunos, como Kohl"s en Nueva Jersey, lograron incluso permanecer estables.
"Los consumidores buscan los buenos negocios, y por lo tanto los minoristas deben combinar calidad y competitividad de precios", estimó Esteban Bowles.La estrategia resultó buena para ciertas marcas.
En el "mass market", J.Crew publicó un beneficio neto de 18.600 millones de dólares en el segundo trimestre de 2009, en ligera alza en relación a 2008."Nada como una buena recesión para aprender a manejar bien los negocios", estimó en una rueda de prensa el presidente de J.Crew, Millard Drexeler.
En un mercado de nichos también se puede ser exitoso, como el de la marca Rag&Bone, que pasó de 28 a 60 asalariados y de 120 tiendas a más de 300.
Analizando su éxito, uno de sus dos fundadores, Marcus Wainwright, insiste en el regreso de la calidad. El 90% de la colección se produce en las fábricas norteamericanas que trabajan desde hace décadas en la industria textil.
"Nuestra vestimenta es fácil de llevar y de excelente calidad, y es lo que la gente busca en períodos de recesión", estimó Wainwright en el WWD.
AFP
Comparte esta noticia