Con el ritmo de crecimiento poblacional al 2030 se necesitará un segundo planeta para satisfacer la demanda por agua dulce y alimentos advierte organización ambientalista.
El 31 de octubre fue elegido por Naciones Unidas como el día de la llegada del ciudadano número 7.000 millones en el mundo y de acuerdo a los reportes nació hace unas horas en Filipinas y se llama Danica Camacho. Pero más allá de esta cifra histórica, lo cierto es que el aumento de la población mundial ha significado una mayor presión sobre los recursos, desde el agua dulce hasta las tierras agrícolas, pasando por bosques y mares.
Según Global Footpring Network (GNF), organización defensora del medio ambiente, al ritmo actual, la población necesitaría para el año 2030, un segundo planeta para poder satisfacer su apetito y absorber los residuos.
Y el carbón, petróleo y gas que precisa la economía mundial para funcionar emiten gases de invernadero que alteran el clima, perjudicando potencialmente los ecosistemas que permiten alimentarnos.
"Desde la fuerte alza de los precios de los víveres a los dañinos efectos del cambio climático, nuestras economías están haciendo frente a las consecuencias de años durante los cuales se ha gastado por encima de nuestros medios", explica el presidente de GFN, Mathis Wackernagel.
Por su parte, el diplomático francés Brice Lalonde, uno de los dos coordinadores de la conferencia de Naciones Unidas de Desarrollo Sostenible, conocida como "Río+20", que se celebrará en junio próximo, afirmó que el aumento de la población de la tierra plantea un desafío fundamental sobre cómo se usan los recursos del planeta.
"En 2030 habrá al menos mil millones de personas más en el planeta, la pregunta ahora es: ¿cómo podemos aumentar la seguridad alimentaria y proveer servicios esenciales a la población más pobre, pero sin usar más agua, tierra o energía?, planteó Lalonde.
En ese sentido, opinó que la reunión de Río+20 se centrará en temas prácticos, como el aumento de fuentes de energía limpia, un uso más racional del agua, la construcción de ciudades más funcionales en términos de medio ambiente y el aumento de las tierras agrícolas sin el uso perjudicial de sustancias químicas.
Para tomar en cuenta:
Geoff Dabelko, director de Cambio Climático en el Centro Woodrow Wilson en Washington, cita el caso de Somalia para examinar qué pasa cuando las mujeres no tienen acceso a los métodos anticonceptivos.
Asolada por una guerra civil y una extrema pobreza, la población somalí va a crecer de 10 millones actuales a 22.6 millones de habitantes para 2050.
Una tercera parte de los niños somalíes nace con un peso inferior a lo normal, según Unicef, y un 90% de las mujeres somalíes no tiene acceso a planificación familiar.
Para los economistas, lo más urgente es reducir la pobreza y aumentar el nivel educativo, especialmente el de las mujeres.
Para algunos críticos, las medidas de control de la natalidad son sinónimo de políticas de esterilización forzada como en India en 1970 y de la política de "un hijo único" en China, que ha provocado grandes desequilibrios, con muchos más hombres que mujeres.
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