Según los investigadores, los inmigrantes, en su mayoría de la minoría étnica rohingya, murieron a causa de enfermedades y las malas condiciones de vida en el campo.
Las autoridades de Tailandia hallaron hoy al menos cinco tumbas en un segundo campo clandestino de inmigrantes cerca de donde exhumaron 26 cadáveres los pasados viernes y sábado, en el sur del país.
La Policía está investigando si hay restos humanos en las tumbas y hasta el momento ha detenido a cinco políticos locales y a un birmano acusados de colaborar con los traficantes de personas, informó hoy el diario Bangkok Post.
Además, al menos una quincena de policías locales fueron trasladados por haber cometido negligencia mientras avanzan las investigaciones sobre los campos ilegales, situados en la provincia de Songkhla.
Ambos campamentos, abandonados antes de que llegaran los agentes, se encuentran cerca de la frontera con Malasia y albergaban a decenas de inmigrantes birmanos y bengalíes víctimas de las redes de tráfico de personas.
Según los investigadores, los inmigrantes, en su mayoría de la minoría étnica rohingya, murieron a causa de enfermedades y las malas condiciones de vida en el campo.
Varias víctimas rescatadas relataron que los responsables de los campamentos golpeaban a los inmigrantes, quienes padecían condiciones insalubres y escasos alimentos y agua.
Miles de rohingyas, una minoría musulmana considerada apátrida, se embarcan todos los años en un peligroso viaje hacia Tailandia y Malasia para huir de la persecución y la pobreza en Birmania (Myanmar).
En muchas ocasiones, las mafias los mantienen cautivos hasta que las familias pagan un rescate.
Los rohingyas, unas de la minorías más perseguidas del mundo, según la ONU, son considerados extranjeros en Birmania, donde son calificados de bengalíes, y en la vecina Bangladesh.
"El descubrimiento de las tumbas debería conmocionar al Gobierno tailandés para acabar con las redes de tráfico que enriquece a oficiales a costa de personas extremadamente vulnerables", indicó en un comunicado Brad Adams, director de Human Rights Watch en Asia.
Adams criticó que las autoridades encierren a los inmigrantes en centros de inmigrantes cuando son rescatados de las mafias en lugar de ofrecerles "seguridad y protección".
EFE
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