Afirman que la intensidad de las tormentas fue menor a la de otros años, en parte por el fenómeno de "El Niño".
La temporada de huracanes en el Atlántico, que termina formalmente el próximo lunes, fue "muy tranquila", en gran parte debido a la acción de "El Niño", con una intensidad por debajo de lo normal, y causó sólo cuatro muertos.
A diferencia de la temporada pasada, la de este año ha sido "muy tranquila", no tanto por el número de tormentas que se formaron como por la "intensidad" de éstas, un 40 por ciento menor que la media, dijo a Efe Richard Pesch, meteorólogo del Centro Nacional de Huracanes (CNH) de EEUU.
Si bien se registraron un número normal de tormentas tropicales, precisó, la mayoría de éstas fueron "débiles" y de una "vida muy corta", lo que dio, sin duda, un respiro a países caribeños como Haití y Cuba, que fueron tan castigados por los fenómenos meteorológicos en 2008.
La pasada temporada de huracanes, que afecta al área geográfica de Caribe. México, Centroamérica y EEUU, concluyó con un saldo trágico en la cuenca atlántica: al menos 845 muertos y pérdidas calculadas en más de 10.000 millones de dólares, según datos del meteorólogo William Gray, de la Universidad de Colorado.
Además se formaron ese año 16 tormentas tropicales y ocho huracanes, cinco de estos de categoría mayor, más del doble de los registrados esta temporada.
John Cangialosi, especialista del CNH, considera que las predicciones, que vaticinaron un actividad ciclónica "cercana a estar por debajo de lo normal" en 2009, "en términos generales se cumplieron", aunque quizá, aclara, "nos faltó un huracán más".
En la cuenca atlántica se formaron este año nueve tormentas tropicales y tres huracanes, "Bill", "Fred" e "Ida", de los cuales los dos primeros fueron de categoría mayor.
La Administración Nacional de Océanos y Atmósfera (NOAA) de EEUU, en su pronóstico actualizado a comienzos de agosto, había vaticinado la formación de entre siete y once tormentas tropicales y de tres a seis huracanes, de los que uno o dos podrían ser de categoría 3, 4 ó 5, las mayores en la escala de intensidad Saffir-Simpson.
Un factor clave que gravitó sobre la baja intensidad de los fenómenos meteorológicos esta temporada fue, coincidieron los dos meteorólogos, la presencia del fenómeno "El Niño", que se desarrolla en el Pacífico y "tiene una conexión directa con la atmósfera en el Atlántico".
Este fenómeno inhibe la formación de huracanes en el Atlántico y tiene el efecto contrario en el Pacífico.
"El Niño" está conectado a "gran escala" con la actividad ciclónica que se produce en el Atlántico, pero este año, precisó Cangialosi, "hemos registrado además en la cuenca atlántica vientos muy fuertes en los niveles altos de la atmósfera", un factor que, destacó, "no permite que los fenómenos meteorológicos se intensifiquen".
Según cifras preliminares del CNH, sólo cuatro muertes pueden ser asociadas a la acción directa de las tormentas y huracanes que se registraron esta temporada, que comenzó el 1 de junio y concluye el próximo 30 de noviembre.
Dos de las muertes se produjeron a consecuencia del huracán "Bill", que alcanzó la categoría cuatro: una niña de siete años que murió en el Parque Nacional de Acadia (Maine) al ser barrida por las furiosas olas y un hombre de 54 años, que se ahogó en la playa de New Smyrne Beach, en la costa este de Florida, a causa del fuerte oleaje.
Por su parte, la tormenta tropical "Danny" y el ciclón "Ida" dejaron cada uno de ellos un muerto, aunque todavía se trata de cifras provisionales, reiteró Cangialosi.
"Hubo un número muy limitado de víctimas mortales", ya que las "muertes registradas en El Salvador no fuero causadas por el huracán "Ida"", el último de la temporada, sino por un "frente que vino del Pacífico", apuntó Pesch.
Las intensas lluvias que azotaron El Salvador entre el 7 y 8 de noviembre pasados causaron al menos 198 muertos y graves daños materiales en el país.
Los tres huracanes más mortíferos de los que la NOAA guarda registro son, en primer lugar, el que azotó como categoría 4 a Galveston (Texas) en 1900, que dejó un saldo de 8.000 muertos, seguido del que (también sin nombre) causó 2.500 muertos en la zona del Lago Okeechobee en 1928.
En tercer lugar se sitúa el "Katrina", de categoría tres, que arrasó en agosto de 2005 con los estados de la costa del Golfo y dejó 1.500 víctimas mortales, según el archivo del CNH. EFE
A diferencia de la temporada pasada, la de este año ha sido "muy tranquila", no tanto por el número de tormentas que se formaron como por la "intensidad" de éstas, un 40 por ciento menor que la media, dijo a Efe Richard Pesch, meteorólogo del Centro Nacional de Huracanes (CNH) de EEUU.
Si bien se registraron un número normal de tormentas tropicales, precisó, la mayoría de éstas fueron "débiles" y de una "vida muy corta", lo que dio, sin duda, un respiro a países caribeños como Haití y Cuba, que fueron tan castigados por los fenómenos meteorológicos en 2008.
La pasada temporada de huracanes, que afecta al área geográfica de Caribe. México, Centroamérica y EEUU, concluyó con un saldo trágico en la cuenca atlántica: al menos 845 muertos y pérdidas calculadas en más de 10.000 millones de dólares, según datos del meteorólogo William Gray, de la Universidad de Colorado.
Además se formaron ese año 16 tormentas tropicales y ocho huracanes, cinco de estos de categoría mayor, más del doble de los registrados esta temporada.
John Cangialosi, especialista del CNH, considera que las predicciones, que vaticinaron un actividad ciclónica "cercana a estar por debajo de lo normal" en 2009, "en términos generales se cumplieron", aunque quizá, aclara, "nos faltó un huracán más".
En la cuenca atlántica se formaron este año nueve tormentas tropicales y tres huracanes, "Bill", "Fred" e "Ida", de los cuales los dos primeros fueron de categoría mayor.
La Administración Nacional de Océanos y Atmósfera (NOAA) de EEUU, en su pronóstico actualizado a comienzos de agosto, había vaticinado la formación de entre siete y once tormentas tropicales y de tres a seis huracanes, de los que uno o dos podrían ser de categoría 3, 4 ó 5, las mayores en la escala de intensidad Saffir-Simpson.
Un factor clave que gravitó sobre la baja intensidad de los fenómenos meteorológicos esta temporada fue, coincidieron los dos meteorólogos, la presencia del fenómeno "El Niño", que se desarrolla en el Pacífico y "tiene una conexión directa con la atmósfera en el Atlántico".
Este fenómeno inhibe la formación de huracanes en el Atlántico y tiene el efecto contrario en el Pacífico.
"El Niño" está conectado a "gran escala" con la actividad ciclónica que se produce en el Atlántico, pero este año, precisó Cangialosi, "hemos registrado además en la cuenca atlántica vientos muy fuertes en los niveles altos de la atmósfera", un factor que, destacó, "no permite que los fenómenos meteorológicos se intensifiquen".
Según cifras preliminares del CNH, sólo cuatro muertes pueden ser asociadas a la acción directa de las tormentas y huracanes que se registraron esta temporada, que comenzó el 1 de junio y concluye el próximo 30 de noviembre.
Dos de las muertes se produjeron a consecuencia del huracán "Bill", que alcanzó la categoría cuatro: una niña de siete años que murió en el Parque Nacional de Acadia (Maine) al ser barrida por las furiosas olas y un hombre de 54 años, que se ahogó en la playa de New Smyrne Beach, en la costa este de Florida, a causa del fuerte oleaje.
Por su parte, la tormenta tropical "Danny" y el ciclón "Ida" dejaron cada uno de ellos un muerto, aunque todavía se trata de cifras provisionales, reiteró Cangialosi.
"Hubo un número muy limitado de víctimas mortales", ya que las "muertes registradas en El Salvador no fuero causadas por el huracán "Ida"", el último de la temporada, sino por un "frente que vino del Pacífico", apuntó Pesch.
Las intensas lluvias que azotaron El Salvador entre el 7 y 8 de noviembre pasados causaron al menos 198 muertos y graves daños materiales en el país.
Los tres huracanes más mortíferos de los que la NOAA guarda registro son, en primer lugar, el que azotó como categoría 4 a Galveston (Texas) en 1900, que dejó un saldo de 8.000 muertos, seguido del que (también sin nombre) causó 2.500 muertos en la zona del Lago Okeechobee en 1928.
En tercer lugar se sitúa el "Katrina", de categoría tres, que arrasó en agosto de 2005 con los estados de la costa del Golfo y dejó 1.500 víctimas mortales, según el archivo del CNH. EFE
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