Terror en los hospitales: cuando la muerte tiene rostro de un médico

Las declaraciones del presidente del Poder Judicial, Javier Villa Stein, en la que especula que podría haber un mutilador serial en los hospitales, parece una historia de terror digna de Hollywood. Sin embargo, ya hay casos de asesinos seriales escondidos en las batas blancas de médicos y enfermeros.

Uno de los casos más conocidos más recientes es el de Stephan Letter, un asesino serial alemán condenado en 2006 a cadena perpetua por la muerte de 29 pacientes del hospital en el que trabajó entre febrero de 2003 y julio de 2004.

El enfermero de 26 años reconoció sus crímenes y argumentó que lo hacía por "compasión a las víctimas" que según dijo estaban en estado grave. Sin embargo, se supo que intentó inyectarle una medicina no recetada a una soldado alemana, y que fue gracias a otro enfermero que no lo logró.  También en Alemania se dio el caso de la enfermera Marianne Noelle, quien mató a siete pacientes.

En los años 80 del siglo pasado, Viena se vio remecida por el caso del "escuadrón de la muerte" del hospital Lainz, donde cuatro enfermeras asesinaron a al menos 49 personas, la mayoría ancianos y en la última fase de una enfermedad mortal.

Por su parte, Richard Angelo, bautizado como "ángel de la muerte" superó la ficción con sus atrocidades. Hacía 1984 comenzó a trabajar en el Hospital Samaritan de Long Island en Nueva York, donde asesinó a al menos 25 pacientes.

Con complejo de héroe de una serie médica contemporánea, Angelo suministraba a los enfermos drogas que los ponían al borde de la muerte, y como un ser dotado los salvaría. Sin embargo, "el ángel" no llegó a tiempo para muchos pacientes.

Pero si Angelo sembró el terror en Long Island, Charles Cullen acabó con 45 pacientes a través de una inyección letal en 10 hospitales de Nueva Jersey y Pennsylvania durante 16 años. Cullen alegó que trataba de detener el sufrimiento de los enfermos, aunque según los investigadores, sus acciones hacían que ellos sufrieran.

Bautizada como "el ángel de la muerte" en Estados Unidos, Kristen Gilbert fue condenada por asesinar a cuatro pacientes, aunque las autoridades del hospital en donde trabaja calculan al menos 80 muertes más.

Entre los enfermeros asesinos en EEUU destaca también Donald Harvey, "el ángel de la muerte de Ohio", quien confesó más de 80 muertes, además de 97 confirmadas. Trabajó como ayudante en un hospital, donde las monjas se encariñaron con él. Se dice que su primer asesinato fue un paciente que se había ensuciado el rostro con sus propios excrementos. Poco después desconectaría el oxígeno a una anciana, y aunque confesó sus crímenes tras ser arrestado por un robo menor, la policía no le creyó, tras recobrar la libertad siguió cometiendo asesinatos.

La enfermera pediátrica Genene Anne Jones fue acusada en Estados Unidos de asesinar a entre 11 y 46 niños bajo su cuidado, induciendo crisis médicas en sus pacientes.

En Francia el terror lo desató la enfermera Christine Malévre, quien fue condenada por la muerte de al menos 30 enfermos terminales, aunque el caso más conocido probablemente sea el de Marcel Petiot, doctor que mató a 63 refugiados de los nazis.

En Reino Unido, tierra de Jack, el destripador, Beverly Allitt se convirtió en "el ángel de la muerte". El enfermero pediátrico mató a cuatro niños a su cuidado e hirió a nueve más.

En el siglo XIX, William Palmer, conocido como "el envenenador" fue sospechoso de numerosos asesinatos. Sin embargo, el doctor fue condenado a la horca solo por uno.

En el nuevo milenio, el médico británico Harold Frederick Shipman fue condenado por asesinar a 15 de sus pacientes, aunque es acusado de haber matado a al menos 218, convirtiéndose en uno de los peores asesinos en serie de la historia moderna. Shipman se suicidó en prisión.

Asimismo, en la República Checa la enfermera Marie Fikáčková fue ejecutada en 1961 por el asesinato de 10 bebés, mientras que Petr Zelenka fue condenado por siete asesinatos para "probar" a los médicos.