Columnista de prestigioso diario se convierte en cultor del pisco peruano a la que llama "bebida del desierto del Perú"
El periodista Jason Wilson,
del prestigioso periódico The Washington Post narra sus experiencias con el
pisco, licor que comenzó a beber desde hace unos diez años y al que califica de
"mucho más elegante" que las caiprinhas o mojitos.
Refirió que sus primeras aproximaciones al pisco ocurrieron en su calidad de columnista en una revista de Atlantic City a comienzos de 2000.
Al respecto se animó a calificar al pisco como una bebida "mucho más elegante" que las caipirinhas (cóctel brasileño en base de aguardiente) y los mojitos (bebida cubana preparada con ron blanco y yerbabuena), la cual muchos bartenders recién aprendían a preparar. El pisco, reseña en dicho diario el periodista, es un brandy destilado de la uva, que es usado para preparar el pisco sour o pisco punch.
El periodista viajó hace algunas semanas a Perú, y se dio cuenta que en realidad no sabía mucho acerca de su buen amigo el "pisco". "Viajaba con un grupo de bartenders de San Francisco y con dos compañeros, Walter Moore y Carlos Romero, quienes planean lanzar un pisco Premium en Estados Unidos el próximo año", declaró Wilson.
Durante aquel viaje, Romero, maestro destilador, y Moore, su compañero americano, estaban desarrollando su pisco acholado o mezclado. Lima era sin dudas la gran protagonista que mi colega Jane Black tan vividamente había descrito hace unos meses en el artículo "Marinated in the Morning, Grilled at Night" (Marinado en el Día, a la Parrilla en la Noche), comenta el periodista.
Luego, salieron de Lima en un viaje de cinco horas en bus hacia el sur y pronto el paisaje se transformó en desierto. Pasaron por el histórico puerto de Pisco y llegaron al centro vitivinícola de Ica, rodeado de grandes montañas de arena, llamadas dunas. Casi no hay lluvias.
"¿Quién podría imaginarse que se podía cultivar uvas en un lugar así?", sostuvo. Se alojaron en el oasis de Huacachina, un antiguo balneario lleno de areneros y mochileros, que dice estar hechizado por una bruja en el centro de la laguna que come hombres por la noche. Según la leyenda al menos un hombre muere cada año. Por la noche, un compañero de viaje vagaba solo por el agua y afirmó, totalmente loco, haber visto a la bruja.
Según Jason Wilson, el pisco peruano es tan extraño y sorprendente como la región de donde proviene. El país tiene más de 300 productores de pisco y la diversidad de los diferentes gustos de uvas del desierto es impresionante, concluye.
ANDINA
Refirió que sus primeras aproximaciones al pisco ocurrieron en su calidad de columnista en una revista de Atlantic City a comienzos de 2000.
Al respecto se animó a calificar al pisco como una bebida "mucho más elegante" que las caipirinhas (cóctel brasileño en base de aguardiente) y los mojitos (bebida cubana preparada con ron blanco y yerbabuena), la cual muchos bartenders recién aprendían a preparar. El pisco, reseña en dicho diario el periodista, es un brandy destilado de la uva, que es usado para preparar el pisco sour o pisco punch.
El periodista viajó hace algunas semanas a Perú, y se dio cuenta que en realidad no sabía mucho acerca de su buen amigo el "pisco". "Viajaba con un grupo de bartenders de San Francisco y con dos compañeros, Walter Moore y Carlos Romero, quienes planean lanzar un pisco Premium en Estados Unidos el próximo año", declaró Wilson.
Durante aquel viaje, Romero, maestro destilador, y Moore, su compañero americano, estaban desarrollando su pisco acholado o mezclado. Lima era sin dudas la gran protagonista que mi colega Jane Black tan vividamente había descrito hace unos meses en el artículo "Marinated in the Morning, Grilled at Night" (Marinado en el Día, a la Parrilla en la Noche), comenta el periodista.
Luego, salieron de Lima en un viaje de cinco horas en bus hacia el sur y pronto el paisaje se transformó en desierto. Pasaron por el histórico puerto de Pisco y llegaron al centro vitivinícola de Ica, rodeado de grandes montañas de arena, llamadas dunas. Casi no hay lluvias.
"¿Quién podría imaginarse que se podía cultivar uvas en un lugar así?", sostuvo. Se alojaron en el oasis de Huacachina, un antiguo balneario lleno de areneros y mochileros, que dice estar hechizado por una bruja en el centro de la laguna que come hombres por la noche. Según la leyenda al menos un hombre muere cada año. Por la noche, un compañero de viaje vagaba solo por el agua y afirmó, totalmente loco, haber visto a la bruja.
Según Jason Wilson, el pisco peruano es tan extraño y sorprendente como la región de donde proviene. El país tiene más de 300 productores de pisco y la diversidad de los diferentes gustos de uvas del desierto es impresionante, concluye.
ANDINA
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