El director aseguró que "no hay instrucciones" que impartir a los otros miembros del jurado, que decidirá cuál película es la que se llevará la cotizada Palma de Oro.
El estadounidense Tim Burton,
uno de los directores más creativos del momento, está dispuesto a la
"sorpresa" en el Festival de Cannes, que hoy se inaugura y para el
que prometió, como presidente de su jurado, que será comprensivo.
El director aseguró que "no hay instrucciones" que impartir a los otros miembros del jurado, que decidirá el 23 de mayo de entre las películas participantes cuál es la que se llevará la Palma de Oro y que lo que desea para él es lo mismo que como cineasta pretende: sorprender.
Pocas pistas por lo tanto de lo que los jurados de este año (entre los que están el español Víctor Erice, el puertorriqueño Benicio del Toro y la actriz británica Kate Beckinsale) tienen en la cabeza como condición previa para entrar en la lista de galardonados.
"Nuestro trabajo es el de estar absolutamente abiertos" a las películas presentadas, explicó el director de la nueva versión de "Alicia en el país de las maravillas" e insistió ante las preguntas de la prensa: "nuestro objetivo es dejar que lo que veamos nos llegue adentro".
"Apertura dentro de un espíritu de generosidad", resumió Burton como lema de su acción de juicio cinematográfico para este festival, cuya 63 edición presenta obras realizadas por, entre otros, Alejandro González Iñárritu, Abbas Kiarostami, Bertrand Tavernier, Nikita Mijalkov, Mike Leigh o Ken Loach.
La selección de este año, como la del filme de Loach ("Route irish"), ha llegado un poco a cuentagotas, con películas que la organización ha ido añadiendo a la competición hasta en la víspera, circunstancia que ha hecho circular la (mala) idea de que no había material digno de Cannes.
El festival más importante del mundo comienza con la proyección de la última versión de Robin Hood, la firmada por el realizador británico Ridley Scott, protagonizada por Russell Crowe y Cate Blanchet, con quienes el glamour aterrizó en Cannes ya desde el primer día.
Un festival que presenta obras ciertamente alejadas de la espectacularidad del cine de Burton, quien insistió en que su papel, como el de los otros miembros del jurado, es el de "viajar" con las películas exhibidas en el palacio de la Croisette.
El director de "Ed Wood" (aquel homenaje particular a un cine artesanal, tan alejado de la sofisticación de la mayoría de sus realizaciones) comentó que no tiene nada de extraño que presida un jurado de "cine de autor" alguien que puede simbolizar el cine "comercial".
Y también defendió, en pleno estallido del cine en 3D (la nueva receta de éxito para llenar las salas) la existencia de la fórmula de Cannes, con unas producciones que en muchas ocasiones no llegan a los cines, puesto que las tres dimensiones no acabarán con el formato tradicional como la animación por ordenador no terminó con la animación clásica.
Porque lo que tiene que hacer el cine, en opinión de Burton, es "llegar" al espectador, y por eso confió en que "siempre haya un lugar para ello", para que los productores, guionistas y creadores, así como la prensa, se fijen en cualquier forma cinematográfica, siempre que sea creativa.
Víctor Erice aportó su opinión sobre lo que es Cannes en medio del cine actual y dijo que el Festival ha encontrado siempre una fórmula de equilibrio entre el cine de autor ("pero, ¿quién no es autor?", exclamó) y el más comercial.
El director de "El sur", alabado ante la prensa por un Benicio del Toro, que confesó que cada vez que viaja a España pide por favor que alguien haga que le llame Erice, explicó que Cannes, en su selección, siempre es "como un espejo de dos caras".
"De una parte representa el presente y de otra también es una muestra de lo que el cine puede llegar a ser en el porvenir, y esta tensión es apasionante en una selección", declaró.
Burton aludió, preguntado por la prensa, a una de las polémicas que este Cannes ya aporta aun antes de haber empezado: la ausencia del jurado invitado iraní Jaafar Panahi, el cineasta preso en su país cuya "liberación inmediata" pidió hoy el Gobierno francés.
"Apoyamos la libertad de expresión, luchamos por ella todos los días", exclamó Burton en relación con la ausencia de Panahi, aunque en una reacción, al menos ante la prensa, que sólo tuvo eco en una defensa similar el compositor francés Alexandre Desplat, miembro del jurado.
EFE
El director aseguró que "no hay instrucciones" que impartir a los otros miembros del jurado, que decidirá el 23 de mayo de entre las películas participantes cuál es la que se llevará la Palma de Oro y que lo que desea para él es lo mismo que como cineasta pretende: sorprender.
Pocas pistas por lo tanto de lo que los jurados de este año (entre los que están el español Víctor Erice, el puertorriqueño Benicio del Toro y la actriz británica Kate Beckinsale) tienen en la cabeza como condición previa para entrar en la lista de galardonados.
"Nuestro trabajo es el de estar absolutamente abiertos" a las películas presentadas, explicó el director de la nueva versión de "Alicia en el país de las maravillas" e insistió ante las preguntas de la prensa: "nuestro objetivo es dejar que lo que veamos nos llegue adentro".
"Apertura dentro de un espíritu de generosidad", resumió Burton como lema de su acción de juicio cinematográfico para este festival, cuya 63 edición presenta obras realizadas por, entre otros, Alejandro González Iñárritu, Abbas Kiarostami, Bertrand Tavernier, Nikita Mijalkov, Mike Leigh o Ken Loach.
La selección de este año, como la del filme de Loach ("Route irish"), ha llegado un poco a cuentagotas, con películas que la organización ha ido añadiendo a la competición hasta en la víspera, circunstancia que ha hecho circular la (mala) idea de que no había material digno de Cannes.
El festival más importante del mundo comienza con la proyección de la última versión de Robin Hood, la firmada por el realizador británico Ridley Scott, protagonizada por Russell Crowe y Cate Blanchet, con quienes el glamour aterrizó en Cannes ya desde el primer día.
Un festival que presenta obras ciertamente alejadas de la espectacularidad del cine de Burton, quien insistió en que su papel, como el de los otros miembros del jurado, es el de "viajar" con las películas exhibidas en el palacio de la Croisette.
El director de "Ed Wood" (aquel homenaje particular a un cine artesanal, tan alejado de la sofisticación de la mayoría de sus realizaciones) comentó que no tiene nada de extraño que presida un jurado de "cine de autor" alguien que puede simbolizar el cine "comercial".
Y también defendió, en pleno estallido del cine en 3D (la nueva receta de éxito para llenar las salas) la existencia de la fórmula de Cannes, con unas producciones que en muchas ocasiones no llegan a los cines, puesto que las tres dimensiones no acabarán con el formato tradicional como la animación por ordenador no terminó con la animación clásica.
Porque lo que tiene que hacer el cine, en opinión de Burton, es "llegar" al espectador, y por eso confió en que "siempre haya un lugar para ello", para que los productores, guionistas y creadores, así como la prensa, se fijen en cualquier forma cinematográfica, siempre que sea creativa.
Víctor Erice aportó su opinión sobre lo que es Cannes en medio del cine actual y dijo que el Festival ha encontrado siempre una fórmula de equilibrio entre el cine de autor ("pero, ¿quién no es autor?", exclamó) y el más comercial.
El director de "El sur", alabado ante la prensa por un Benicio del Toro, que confesó que cada vez que viaja a España pide por favor que alguien haga que le llame Erice, explicó que Cannes, en su selección, siempre es "como un espejo de dos caras".
"De una parte representa el presente y de otra también es una muestra de lo que el cine puede llegar a ser en el porvenir, y esta tensión es apasionante en una selección", declaró.
Burton aludió, preguntado por la prensa, a una de las polémicas que este Cannes ya aporta aun antes de haber empezado: la ausencia del jurado invitado iraní Jaafar Panahi, el cineasta preso en su país cuya "liberación inmediata" pidió hoy el Gobierno francés.
"Apoyamos la libertad de expresión, luchamos por ella todos los días", exclamó Burton en relación con la ausencia de Panahi, aunque en una reacción, al menos ante la prensa, que sólo tuvo eco en una defensa similar el compositor francés Alexandre Desplat, miembro del jurado.
EFE
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