Informe del PNUMA divulgado en la cumbre Río +20, señala que la adopción de prácticas económicas sostenibles no beneficiara solo al capital sino también a los pobres.
La transición hacia una economía verde, uno de los objetivos de la Conferencia de la ONU sobre Desarrollo Sostenible Río+20, permitirá una reducción significativa de la pobreza en el mundo, según un informe divulgado hoy por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) en Río de Janeiro.
El estudio "Construyendo una economía verde incluyente para todos" señala que al contrario de que lo alegan algunos países en desarrollo y numerosas ONGs, la adopción de prácticas económicas sostenibles no beneficiará exclusivamente al capital sino también a los pobres.
El director ejecutivo del Pnuma, Achim Steiner, instó a los cerca de 130 jefes de Estado y de Gobierno que participarán la próxima semana en la Cumbre de la Río+20 a que impulsen la transición hacia la economía verde como herramienta para combatir la pobreza.
Potencialidad de la economía verde
"El estudio muestra la potencialidad de la economía verde y genera bases científicas para que los Gobiernos tomen medidas", afirmó Kitty van der Heijden, embajadora para el desarrollo sostenible de Holanda, que colaboró en la investigación.
El estudio enumera las políticas públicas necesarias para construir un modelo económico que garantice la prosperidad y el medio ambiente y al mismo tiempo mejore "el sustento de muchas de las 1.300 millones de personas que ganan menos de 1,25 dólares por día en todo el mundo".
El Pnuma aclara que la transición hacia la economía verde tendrá reflejos en la reducción de la pobreza desde que cuente como base con políticas fuertes para proteger a los posibles perdedores del proceso y con elevadas inversiones públicas y privadas.
Reducción de la pobreza
"Las inversiones específicas y las reformas en las políticas públicas son necesarias para superar las actuales barreras que impiden que muchas comunidades carentes se beneficien de una economía verde", concluye la investigación.
Entre las medidas destacan incentivos fiscales para apoyar la producción sustentable y ayudas a las posibles comunidades afectadas por la transición, así como capacitación de la población local, cooperación financiera y tecnológica internacional y la adopción de una nueva forma de medición del progreso que no tenga en cuenta sólo el producto interior bruto o la renta pér cápita.
La elaboración del informe contó con el apoyo de varias agencias internacionales, bancos de desarrollo, organismos de la ONU y organizaciones no gubernamentales.
Proyectos en marcha
Según el estudio, muchos países en desarrollo ya han adoptado mecanismos para trascender hacia "una economía de baja emisión de carbono y eficiente en el uso de recursos".
El informe cita varios proyectos para adoptar prácticas sustentables de producción agrícola, generación de energía y preservación de bosques en países como Egipto, Sudáfrica, Uganda, Bangladesh y Brasil.
Uganda, alimentos orgánicos
Según el Pnuma, los productores de alimentos orgánicos en Uganda, por ejemplo, están logrando una renta hasta un 300% superior a la que obtenían con la agricultura convencional.
El documento también cita un programa de distribución de paneles solares en Bangladesh que ha beneficiado 1,2 millones de hogares y generado 60.000 empleos indirectos, así como proyectos para aprovechar la energía eólica en Mongolia y la solar en Sudáfrica con importantes resultados en la reducción de la pobreza y la generación de empleo.
Esos proyectos, según los responsables por la investigación, permitieron impulsar un crecimiento económico generador de empleos, inclusión social y preservación ambiental.
Los autores del informe rechazaron los argumentos de algunos países y organizaciones no gubernamentales en el sentido de que la economía verde es un instrumento para permitir que el capital pueda vender el agua y los recursos naturales.
"Pese a que el tema de la economía verde es muy controvertido, el informe muestra que no se trata sólo de capitalismo verde o de eco proteccionismo sino de un proceso que puede ayudar en la lucha contra la pobreza y el hambre", asegura Van der Heijden.
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