´Ucrania está cansada de la guerra y hará todo lo posible para que la paz vuelva a nuestra tierra´, aseguró el presidente ucraniano, Petró Poroshenko.
Por vez primera desde el estallido del conflicto en el este de Ucrania, ambos bandos parecen dispuestos a declarar un alto el fuego duradero a partir del viernes.
"Ucrania está cansada de la guerra y hará todo lo posible para que la paz vuelva a nuestra tierra", aseguró el presidente ucraniano, Petró Poroshenko, quien se mostró dispuesto a ordenar a su Estado Mayor que declare un alto el fuego mañana en las regiones de Donetsk y Lugansk.
La condición que puso es que, precisamente a partir de las 14:00, hora local en Minsk, tenga lugar la esperada reunión del Grupo de Contacto (Ucrania, Rusia y la OSCE), que reanudó este lunes sus sesiones con presencia de representantes de los rebeldes prorrusos.
Poroshenko, que hizo estas declaraciones en el marco de la cumbre de la OTAN en Gales (Reino Unido), expresó también su confianza en que el cese de las hostilidades sea sólo el primer paso para la aplicación del plan de paz.
El líder ucraniano se reunió con los presidentes de Estados Unidos, Alemania, Francia, el Reino Unido e Italia, que le mostraron su apoyo frente a lo que el líder norteamericano, Barack Obama, ha tachado de "agresión rusa".
Tras los recientes reveses en el campo de batalla, como la pérdida del aeropuerto de Lugansk, el asesor presidencial, Serguéi Kunitsin, reconoció que Ucrania "está desangrada, tanto material como financiera y militarmente".
"Necesitamos un respiro. Es evidente que el conflicto va a quedar en cierta medida congelado, pero no tenemos otra salida, el país necesita una tregua", admitió.
RESPUESTA DE REBELDES
En respuesta, los rebeldes emitieron este jueves un comunicado conjunto de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk en el que exponen su propio plan de paz y se muestran dispuestos a declarar un alto el fuego a partir del viernes.
No obstante, pusieron como condición que Ucrania suspenda a partir de las 14:00 hora local de mañana los vuelos de su aviación militar sobre los territorios rebeldes.
Y pidieron que la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) sea la encargada de supervisar el alto el fuego y la suspensión de los vuelos militares sobre Donetsk y Lugansk.
Para ello, propusieron dividir la zona de conflicto en cinco sectores, en los que misiones de hasta 40 observadores se encargarían de garantizar el cese de las hostilidades entre las fuerzas gubernamentales y las milicias prorrusas.
Por último, el plan rebelde plantea abrir corredores humanitarios para el desplazamiento de los refugiados y el suministro de ayuda humanitaria por carretera y vía férrea a partir de las 09:00 hora local del domingo.
Desde el inicio de la ofensiva gubernamental contra los bastiones rebeldes en abril pasado ya ha habido varias treguas, pero estas fueron breves y respetadas a medias por ambos bandos.
LA DUDA
Ahora, la duda radica en si Poroshenko estará dispuesto a insistir en el plan de paz que anunció tras su victoria electoral en mayo, que incluye la rendición incondicional de los insurgentes, o se guiará por los siete puntos expuestos ayer por el presidente ruso, Vladímir Putin.
El líder ucraniano se niega a negociar con los separatistas y considera que los representantes de Donetsk y Lugansk deben ser elegidos en las parlamentarias previstas para finales de octubre.
Mientras, Putin propuso el inmediato cese de los combates, un control internacional del alto el fuego, el repliegue de las tropas ucranianas de las proximidades de las ciudades y la suspensión de los bombardeos aéreos contra las poblaciones.
Además, demandó un canje de prisioneros sin condiciones previas, la apertura de corredores humanitarios y la llegada de especialistas para la reparación de las infraestructuras destruidas.
Putin, que adelantó su plan tras conversar por teléfono con Poroshenko, expresó su confianza en que el acuerdo de alto el fuego sea alcanzado el viernes, en Minsk.
No todos en Ucrania se fían del plan de Putin, ya que el primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk, lo tachó de "intento de embaucar a la comunidad internacional" para evitar nuevas sanciones económicas por la intervención rusa en Ucrania.
Mientras, los combates continuaron el jueves en el este de Ucrania, donde los milicianos rebeldes intentan asediar y asaltar la segunda ciudad en importancia en Donetsk, Mariupol.
Las fuerzas gubernamentales informaron sobre la destrucción de cuatro tanques enemigos que intentaban penetrar en la ciudad, de cuyo captura depende el control de la costa y la frontera con Rusia.
EFE
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