La visita del presidente de Estados Unidos, Barack Obama en el marco de la cumbre entre la Unión Europea y EE. UU. estará marcada por la crisis ucraniana.
La cumbre entre la Unión Europea (UE) y EE. UU. que se celebrará este miércoles en Bruselas estará marcada por la crisis ucraniana, las negociaciones de un acuerdo comercial entre las dos partes y el espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), que ha socavado la confianza de Europa hacia Washington.
La cita, que supone la primera visita del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, a las instituciones comunitarias, se celebra bajo circunstancias bilaterales, internacionales y económicas diferentes a la que reunió a las dos partes la última vez en 2011 en la capital norteamericana.
En esa ocasión, la reunión se centró en la crisis de deuda en Europa y los movimientos de agitación social en los países árabes, mientras que más de dos años después la recuperación gradual de la economía europea permite centrarse en otros aspectos.
No obstante, cuando los presidentes del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, así como la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, se reúnan con Obama será la crisis política ruso-ucraniana el centro de buena parte de sus discusiones.
"No hay duda de que la crisis en Ucrania será el miércoles un importante elemento en su debate", señalaron fuentes comunitarias, al tiempo que apuntaron al deseo de la UE de crear un entorno en el que dependa menos del suministro de gas de Rusia, a través de exportaciones de gas natural de Norteamérica a Europa.
"Está claro que, como trasfondo a la crisis ucraniana se hablará del suministro energético, pero las posibilidades concretas que pueda ofrecer EE. UU. en este ámbito, ya sea gas esquisto u otro, quedarán sujetas a las negociaciones del acuerdo de libre comercio e inversiones" (conocido como TTIP), explicaron las fuentes.
Además, teniendo en cuenta que este asunto es sensible en EE. UU., no se puede esperar el miércoles "una panacea milagrosa" ante el problema de la dependencia energética de Europa y teniendo en cuenta que más adelante se celebrará el diálogo energético bilateral.
En la parte energética de la cumbre también se abordará el cambio climático y los diferentes niveles de ambición en los objetivos de reducción de emisiones con los que tanto la UE como EE. UU. acudirán en 2015 a la cumbre de la ONU en París.
"Nos servirá para saber lo que piensa el presidente Obama", señalaron las fuentes, aunque no ha habido ninguna señal hacia "una mayor apertura" de EE. UU., después de que además los propios líderes de la UE apoyaran la semana pasada la línea moderada propuesta por Bruselas para los objetivos climáticos y energéticos hasta 2030.
La cumbre servirá, asimismo, para analizar el estado de las negociaciones sobre el TTIP, que comenzaron en julio de 2013, a fin de dar "instrucciones políticas" a los responsables estadounidense y comunitario del dossier, Michael Froman y Karel De Gucht, respectivamente.
En el terreno político, la UE y EE. UU. esperan que esta reunión sirva para restaurar la confianza después de las revelaciones de espionaje masivo de la NSA a ciudadanos, líderes, empresas e instituciones europeas, señalaron las fuentes.
El que Obama haya anunciado en enero reformas en la NSA "nos ha dado un nuevo ímpetu para trabajar y establecer dónde están los límites" en la colección de material de inteligencia, indicaron las fuentes en referencia a la intención de fortalecer el acuerdo bilateral Safe Harbour y a las negociaciones de un "claro" acuerdo marco sobre la protección de datos.
Obama llegará este martes a Bruselas procedente de La Haya, y mañana visitará, antes de la cumbre y acompañado del primer ministro belga, Elio Di Rupo, y el rey Felipe, el Cementerio y Memorial estadounidense Campo de Flandes, donde están enterrados 368 soldados de ese país fallecidos en la Primera Guerra Mundial.
También pronunciará un discurso en el Palacio de Bellas Artes y se reunirá con el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen.
La visita de Obama a Bélgica se produce tras la polémica que desató la publicación en el diario flamenco "De Morgen" de un fotomontaje en el que aparecía junto a la primera dama estadounidense, Michelle, caricaturizados como dos monos.
Debajo se decía que la imagen había sido remitida por el presidente ruso, Vladímir Putin, pero la broma fue considerada de mal gusto y racista y el diario tuvo que pedir disculpas.
EFE
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