Con largos aplausos fue recibido en el festival de Venecia el documental de Oliver Stone sobre la "revolución pacífica" abierta por Hugo Chávez en América Latina.
Presentado fuera de concurso para la prensa, "South of the border" ("Al sur de la frontera"), describe en 75 minutos, a través de numerosas entrevistas y anuncios hechos por las cadenas de información estadounidense, los cambios políticos vividos en todo el continente en los últimos diez años a partir de la elección en 1998 de Chávez, figura emblemática de ese proceso.
"Sí, si es posible cambiar el curso de la historia, esta es una revolución pacífica pero armada", sostiene Chávez, quien ya se encuentra en el Lido veneciano, un gesto inusual en la historia del festival cinematográfico más antiguo.
Para el realizador Stone, sensible a la realidad latinoamericana y autor entre otras cintas de "Comandante" (2003), sobre el líder máximo Fidel Castro, y de "Salvador" (1986), sobre el conflicto en Centroamerica, Chávez "no es el enemigo público número uno" que Estados Unidos teme y acusa.
Pese a la aquiescencia con la que trata al líder venezolano, el filme constituye un importante documento histórico al recoger las opiniones de siete mandatarios latinoamericanos sobre la evolución política de la región y el deseo de cada uno y a su manera de manejar el propio destino y sus inmensos recursos.
"Es la primera vez en la historia que los gobernantes de algunos países se parecen a sus gobernados", observa la presidenta argentina, Cristina Kirchner, al citar al indígena boliviano Evo Morales, al brasileño Luiz Inácio Lula Da Silva, al presidente de Paraguay, Fernando Lugo, y al mismo Chávez, todos procedentes de las capas más pobres de la sociedad y a su vez entrevistados por el realizador.
"Hemos tenido por muchos años una élite servil a Estados Unidos", reconoce Lula.
Stone, de 62 años, ganador de tres Óscar por el guión de la película "El expreso de medianoche" (1978) y la dirección de "Platoon" (1986) y "Nacido el 4 de julio" (1989), combina conversaciones informales con declaraciones oficiales para presentar un retrato a contra corriente del líder venezolano.
Escrito por Stone junto con el renombrado intelectual de izquierda anglo-paquistaní Tariq Ali, el documental es un acto de acusación contra la tradicional visión de Estados Unidos de su "patio trasero" e intenta contar la "otra cara" de la historia oficial.
"Sí, si es posible cambiar el curso de la historia, esta es una revolución pacífica pero armada", sostiene Chávez, quien ya se encuentra en el Lido veneciano, un gesto inusual en la historia del festival cinematográfico más antiguo.
Para el realizador Stone, sensible a la realidad latinoamericana y autor entre otras cintas de "Comandante" (2003), sobre el líder máximo Fidel Castro, y de "Salvador" (1986), sobre el conflicto en Centroamerica, Chávez "no es el enemigo público número uno" que Estados Unidos teme y acusa.
Pese a la aquiescencia con la que trata al líder venezolano, el filme constituye un importante documento histórico al recoger las opiniones de siete mandatarios latinoamericanos sobre la evolución política de la región y el deseo de cada uno y a su manera de manejar el propio destino y sus inmensos recursos.
"Es la primera vez en la historia que los gobernantes de algunos países se parecen a sus gobernados", observa la presidenta argentina, Cristina Kirchner, al citar al indígena boliviano Evo Morales, al brasileño Luiz Inácio Lula Da Silva, al presidente de Paraguay, Fernando Lugo, y al mismo Chávez, todos procedentes de las capas más pobres de la sociedad y a su vez entrevistados por el realizador.
"Hemos tenido por muchos años una élite servil a Estados Unidos", reconoce Lula.
Stone, de 62 años, ganador de tres Óscar por el guión de la película "El expreso de medianoche" (1978) y la dirección de "Platoon" (1986) y "Nacido el 4 de julio" (1989), combina conversaciones informales con declaraciones oficiales para presentar un retrato a contra corriente del líder venezolano.
Escrito por Stone junto con el renombrado intelectual de izquierda anglo-paquistaní Tariq Ali, el documental es un acto de acusación contra la tradicional visión de Estados Unidos de su "patio trasero" e intenta contar la "otra cara" de la historia oficial.
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