El fiscal general de EEUU, Eric Holder, viajó ayer a la zona con la intención de rebajar las tensiones surgidas tras la muerte de un joven negro desarmado tiroteado por un policía blanco.
El condado de St. Louis, Missouri, sigue con preocupación la tensión racial que ha estallado en la zona luego de las protestas desatadas en Ferguson por la muerte de un joven afroamericano desarmado a manos de un policía.
El fiscal general de EEUU, Eric Holder, viajó ayer a Ferguson (Misuri) con la intención de rebajar las tensiones surgidas tras la muerte de un joven negro desarmado tiroteado por un policía blanco, que han desembocado en disturbios.
El presidente estadounidense, Barack Obama, encargó esta semana al secretario de Justicia, uno de sus colaboradores más cercanos, que se desplazara a esta localidad sureña, donde se reunió con estudiantes, líderes comunitarios, así como con agentes del FBI y fiscales federales que están investigando el caso.
Con el deseo de que su vista tenga una influencia calmante en el área, Holder, el primer fiscal general de raza negra del país, garantizó que se hará justicia y atendió a las preguntas de medio centenar de miembros de la comunidad de Ferguson a los que dijo entender la frustración surgida por un incidente con un trasfondo que "hierve a fuego lento" también en otras comunidades del país.
"Yo soy el fiscal general de EE.UU. pero también soy un hombre negro", dijo Holder, que recordó haberse sentido humillado por la policía de carreteras y "enfadado y triste" cuando se dirigía a un cine con su primo por el barrio de clase alta de Georgetown, en Washington, y unos agentes les preguntaron a dónde iban.
Con información de EFE
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