La serie profundiza en los problemas, miedos, traumas y deseos de los protagonistas, que viven una vida ordinaria.
Superhombres, asesinatos y la amenaza nuclear son los ingredientes de Watchmen, película que se estrena el viernes en EEUU basada en una novela gráfica que muestra el drama de unos superhéroes muy humanos y deja la acción en segundo plano.
Lejos del maniqueísmo habitual de Hollywood, Watchmen rompe el patrón establecido en las aventuras de superhéroes en las que se libra una batalla entre el bien y el mal, para profundizar en los problemas, miedos, traumas y deseos de los protagonistas, que viven una vida ordinaria después de dejar atrás las máscaras y las capas.
La historia transcurre en 1985 en EEUU, en los estertores de
En medio de este clima, un antiguo y controvertido superhéroe conocido como The Comedian es asesinado sin razón aparente, lo que lleva a uno de sus ex compañeros, el atormentado Rorschach, a iniciar una investigación por su cuenta para descubrir lo ocurrido.
El filme, una superproducción estimada en 120 millones de dólares, fue dirigido por Zack Snyder, cineasta al frente de rentables producciones como 300, y está protagonizado por un elenco de actores sin grandes nombres entre los que destaca Billy Crudup y Jackie Earle Haley.
"La película y los personajes son realmente un profundo estudio psicológico de la condición humana", aseguró Snyder, para quien el largometraje de 2 horas y 40 minutos de duración está hecho a la medida de los seguidores del cómic.
Lejos de producciones populares como Spider-Man o la más reciente The Dark Knight en las que el héroe es un personaje muy conocido por el gran público, Watchmen se centra en las vidas de Dr. Manhattan, Ozymandias o Silk Spectre, pseudónimos de escaso reclamo que suponen un hándicap para recaudar en taquilla.
La trama que, a priori, podría atraer a las salas de cine a millones de aficionados al género de acción, huye de persecuciones, largas escenas de peleas y situaciones de imposible solución que los protagonistas solventan de forma milagrosa haciendo uso de sus habilidades sobrehumanas.
"No es una historia de superhéroes, es una historia de ciencia ficción, de lo que pasaría si alguien tuviese los poderes de un dios, de cómo sería el mundo. No se trata de contar las aventuras de todos estos personajes, eso ya se ha contado", afirmó Dave Gibbons, co-creador e ilustrador de la novela gráfica "Watchmen".
Un tratamiento de la vida de los superhéroes adaptado a la realidad del tiempo que les tocó vivir y que les llevará a combatir en la guerra de Vietnam a favor de EEUU.
"Lo que hicieron los novelistas fue algo único para su tiempo y creo que sigue siendo único hoy. Crearon personajes con emociones reales, con complejos caracteres humanos", dijo el productor Lloyd Levin.
La circunstancia de que solamente el Dr. Manhattan tenga poderes sobrenaturales, de quien se llega a afirmar en la película "dios existe y es estadounidense", mientras que el resto de los héroes demuestran únicamente tener una fuerza por encima de la media, ayuda a humanizar a estos defensores de la ley y el orden disfrazados.
Watchmen será la primera gran producción de 2009 en llegar a los cines.
Lo hará arropada por los seguidores de la novela y con la incertidumbre de si el peso de los diálogos sobre la acción y la larga duración del filme serán digeribles para una audiencia masiva.
La historia de Watchmen fue publicada en formato cómic entre 1986 y 1987 para posteriormente ser reeditada como novela gráfica.
En 2005 fue considerada por la revista Time como una de las mejores obras literarias en inglés escritas desde 1923.
EFE
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