Pablo Zeballos, consultor chileno especializado en crimen organizado, dijo que el hecho de que integrantes de bandas criminales estén "detenidos, juzgados o condenados" no significa "que la estructura criminal está deshabilitada" pues en prisión se reorganizan.
Los golpes recientes contra facciones del Tren de Aragua en el Perú, con la detención y el encarcelamiento de varios de sus integrantes, no deben ser asumidos como el fin de estas organizaciones criminales, mientras el sistema penitenciario continúe siendo un espacio de fortalecimiento para estos grupos delictivos, advirtió Pablo Zeballos, consultor chileno en crimen organizado.
"El tema que hay que tener cuidado, pese a los esfuerzos que se están haciendo en América Latina, es pensar que hemos desarticulado una estructura que nace desde las cárceles, porque si no tenemos un sistema penitenciario sólido, probablemente lo que hemos logrado con la detención de estos sujetos es un espacio de reordenamiento de la estructura criminal", dijo el especialista en Ampliación de Noticias de RPP.
Zeballos señaló que la crisis del sistema penitenciario es un problema regional que también afecta a países como el suyo, donde se observan mecanismos de gobernanza criminal desde las cárceles.
"En Chile, por ejemplo, hemos detenido muchos integrantes importantes de células conjuntas que operan entre Chile y el Perú, como el caso de 'Los Gallegos'; pero estas estructuras, ya dentro del sistema penitenciario, [...] tienen una lógica de comprender cómo se puede gobernar una cárcel y desde la cárcel continuar las operaciones hacia las calles", sostuvo.
"Entonces, independiente de que es un golpe extraordinario (las detenciones de integrantes de las bandas criminales), lo que no hay que confiarse es que, por el hecho de que están detenidos, juzgados o condenados, la estructura está deshabilitada", agregó.
Además, el consultor indicó que "organizaciones criminales transnacionales" como el Tren de Aragua desarrollan "modelos económicos" delictivos, y si son golpeados en una de las actividades que les generan rentabilidades, van a buscar un nuevo mercado para explotar.
"Creo que hay componentes muy complejos de esta forma de entender el 'Tren de Aragua' como complejo criminal. Porque, si bien es cierto uno puede golpear una línea del Tren de Aragua, la marca es tan poderosa que puede franquiciar a delincuentes, no necesariamente venezolanos, sino también de origen peruano, chileno, dominicano, y de esa forma continuar las operaciones criminales que le dan rentabilidad económica", subrayó.
Gobernaza criminal dentro de las cárceles
Zeballos insistió en que la crisis penitenciaria puede convertirse, incluso, en un desafío para "la seguridad hemisférica" en los próximos años.
"Estamos viviendo una reconfiguración de lo que conocemos como crimen organizado. En algunos casos hay estructuras criminales que toman la decisión estratégica de salir de un país, de avanzar transnacionalmente a otros [...] Lo que hemos visto, y no solo es un problema del Perú, es que tenemos un problema generalizado en la región que tiene que ver con la gobernanza criminal dentro de las cárceles", dijo.
"Por años hemos pensado que el mejor lugar donde puede estar un criminal es la cárcel. Y lamentablemente, hoy día, los criminales también piensan lo mismo, el mejor lugar donde pueden estar es la cárcel, porque es la forma de reorganizarse, de generar estructuras, alianzas", recalcó.
Zeballos indicó que, así como los grupos criminales establecen alianzas transnacionales, los países de la región también deben establecer redes de cooperación para entender los mecanismos de estos grupos y atacarlos en todos los espacios donde busquen establecerse y expandirse.
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