El cuadro dirigido por Rick Carlisle perdió a su estrella Tyrese Haliburton en el primer cuarto del definitivo Juego 7, pero vendió cara su derrota. Los Pacers no llegaron como favoritos en ningún duelo de los playoffs, pero estuvieron a un juego de proclamarse campeones.
El pasado domingo, los Oklahoma City Thunder se proclamaron campeones de la NBA, tras derrotar en siete partidos a los Indiana Pacers, con lo que consiguieron el primer anilló de su historia (habrá quien dirá que es el segundo, si se cuenta el campeonato de 1979, cuando el equipo se llamaba Seattle SuperSonics; pero lo cierto es que esta franquicia desapareció y se refundó en Oklahoma, con otros colores y nombre).
El desempeño del equipo dirigido por Mark Daigneault ha sido soberbio, de principio a fin. No solo se llevaron el Larry O'Brien el pasado fin de semana, sino que lo hicieron con una cifra récord de 84 victorias (la cuarta mejor marca en la historia de la NBA).
Además, tuvieron en sus filas al mejor jugador de baloncesto de la actualidad, el canadiense Shai Gilgeous-Alexander, quien ganó el MVP de las Finales y el MVP de la temporada regular, hito que no se conseguía desde 2013, cuando un tal LeBron James lo hizo.
Dignos subcampeones
Más allá de lo merecido que ha sido el título de los Thunder, no podemos dejar de hablar de los rivales, los Pacers, que cayeron dignamente en la gran final de la NBA.
Los Pacers llegaron a los playoffs de la NBA con un promedio de 50 victorias y 32 derrotas. Pese a que en la temporada pasada llegaron a las finales de la Conferencia Este, los de Indiana nunca fueron favoritos en sus series. Y muchas de las críticas contra el equipo iban dirigidas a su principal figura: Tyrese Haliburton.
No obstante, el cuadro dirigido por Rick Carlisle demostró tener mucha resiliencia, sobreponiéndose a los retos que se les interponía. Y Haliburton demostraría, partido a partido, que los cuestionamientos en su contra son injustos y que es una estrella infravalorada en la actual NBA.
A season we will never forget.
— Indiana Pacers (@Pacers) June 23, 2025
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La ruta de los Pacers
En la primera ronda de los playoffs, se enfrentaron a los Milwaukee Bucks. Tal vez esta fue la única llave en la que no había un amplio favoritismo del rival. Pero sí fue sorprendente que los de Indiana se llevaran la llave con un incontestable 4-1.
En semifinales, los rivales sí eran favoritos, y por mucho: los Cleveland Cavaliers, que fueron el mejor equipo del Este en la temporada y, por si fuera poco, llegaban a esta instancia tras barrer 4-0 a los Miami Heat. Todo hacía prever una victoria de los Cavs, pero los Pacers callaron bocas y se impusieron con un claro 4-1.
En la final del Este, nuevamente los Pacers se enfrentaban a un favorito: los New York Knicks. Los neoyorquinos llegaban a esta etapa con un empuje anímico superlativo, luego de derrotar en semifinales a los poderosos Boston Celtics. Pero una vez más el equipo de Indiana terminó imponiéndose, esta vez por un claro 4-2, nuevamente con Haliburton como figura.
Y en la gran final de la NBA, la historia se repitió: los Thunder llegaban con favoritismo, por lo que sorprendió que la serie llegara hasta el Juego 7, algo que no ocurría desde la definición de 2016, hace casi una década.
En el partido definitorio, los Pacers vendieron muy cara su derrota, a pesar de que apenas en el primer cuarto perdieron por lesión a su figura, Tyrese Haliburton. Este golpe hizo que nuevamente salga a flote la resiliencia del equipo, al punto de llegar a la mitad del encuentro con ventaja 48-47.
El equipo no logró mantener el ritmo, y en el tercer cuarto los Thunder sacaron una ventaja importante, que a la postre sería determinante.
Los Pacers perdieron el campeonato, pero se ganaron el respeto no solo de sus rivales, sino de todo el mundo básquet.