Usain Bolt ganó la medalla de oro en 200 metros y agradeció al exdoctor del Bayern Munich a quien considera “su arma secreta”.
“Estas medallas son en parte suyas. Él es mi arma secreta, mi médico y mi amigo”, expresó el atleta jamaiquino Usain Bolt (29 años) tras ganar la medalla de oro en 200 metros planos, su segunda presea dorada en Río 2016. A quien se refiere el ‘Rayo’ es al doctor alemán Hans-Wilhelm Müller-Wohlfahrt (HWMW), quien trabajara por 37 años a los servicios del Bayern Munich hasta que un tal Pep Guardiola llegó y lo despidió en 2015. El galeno de 74 años fue el responsable de curar al hombre más rápido del mundo de un dolor en el muslo que lo marginaba de Río 2016 a días de la competencia. Hasta que como diría el mismo Bolt “las manos mágicas de un hombre sabio” lo salvó.
El ‘arma secreta” de Bolt – A mediados de junio del 2016, todo parecía perdido para Usain Bolt. El hombre más rápido del mundo sentía un persistente dolor en la rodilla y el tobillo. A casi un mes de Río 2016, el ‘Rayo’ acudió a su viejo amigo (lo atiende desde los 16 años), el doctor Müller-Wohlfahrt quien, con una técnica revolucionaria (aún no se sabe qué), curó al atleta jamaiquino. Los métodos del doctor “HWMW” asombraron al mundo menos a uno: el entrenador español Pep Guardiola.
El día que fue humillado por Guardiola – Los métodos del doctor consistían en aplicaciones poco comunes en la medicina como las infiltraciones de ácido hialurónico, inyecciones de extracto de miel o, incluso, de sangre de ternera y cabra. Los mismos fueron utilizados por el doctor “HWMW” en sus 37 años de servicio al Bayern Munich. Sin embargo, tras la llegada de Pep Guardiola en la temporada 2014/2014 todo cambió. El detonante fue la lesión del volante español Thiago Alcántara. Pep deseaba que su pupilo se tratara en Barcelona por el doctor Ramon Cugat. Las diferencias con Müller-Wohlfahrt continuaron en esa temporada hasta que en un encuentro con el Bayern Leverkusen, tras una lesión del defensa central marroquí Mehdi Benatia, Guardiola se dirigió al galeno alemán y le dedicó unos aplausos delante de todos los asistentes. Pocos días después, el hombre que salvaría a Usain Bolt, presentó su carta de renuncia.
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