´Según la versión preliminar, los atentados fueron cometidos por grupos terroristas vinculados a la región del Cáucaso Norte´, informaron las autoridades.
Al menos 37 personas murieron en un doble atentado con explosivos el lunes por la mañana en el metro de Moscú, atribuido por las autoridades rusas a dos mujeres kamikaze vinculadas a grupos insurgentes islamistas del Cáucaso.
Según el último balance del ministerio de Situaciones de Emergencia, los ataques dejaron 37 muertos y al menos 65 heridos.
El primer atentado tuvo lugar en un vagón detenido en la estación Lubianka, situada a pocos cientos de metros del Kremlin, a las 07H57 locales (03H57 GMT), en hora punta.
En la Plaza Lubianka tiene su sede el servicio de inteligencia ruso FSB, sucesor del KGB soviético, que en ese edificio interrogaba y eliminaba a los disidentes y personas caídas en desgracia durante las purgas de la era soviética.
El segundo atentado fue cometido en la estación Park Kultury a las 08H36 (04H36 GMT), también en el centro de la capital.
"En Park Kultury, según los datos preliminares, se trataba de una mujer kamikaze.
Según los fragmentos del cuerpo, que están siendo examinados, el explosivo estaba colocado al nivel de la cintura.
La situación es la misma en Lubianka", afirmó un portavoz del comité de investigación de la fiscalía de
Moscú, Vladimir Markin.
El director del FSB, Alexandre Bortnikov, consideró que las autoras de los atentados eran oriundas del Cáucaso Norte, región de Rusia mayoritariamente musulmana, escenario de una violenta insurgencia en los últimos años.
"Según la versión preliminar, los atentados fueron cometidos por grupos terroristas vinculados a la región del Cáucaso Norte. Privilegiamos esta versión", declaró Bortnikov, citado por las agencias de noticias rusas.
El presidente Dimitri Medvedev reafirmó su determinación de proseguir "las operaciones contra los terroristas sin vacilación y hasta el final".
Medvedev ordenó asimismo reforzar de forma "significativa" la seguridad en los transportes públicos de todo el país, durante una reunión de emergencia convocada tras los atentados.
"Los terroristas serán aniquilados", afirmó por su parte el primer ministro Vladimir Putin desde la ciudad siberiana de Krasnoyarsk.
Los atentados del lunes, los más sangrientos cometidos en la capital rusa desde 2004, tuvieron lugar en dos estaciones de una misma línea, pero las otras líneas del metro de Moscú, que diariamente transporta a 8,5 millones de personas, seguían abiertas aunque bajo fuerte vigilancia.
En los últimos meses, las fuerzas rusas multiplicaron las operaciones militares contra rebeldes islamistas en el Cáucaso Norte, matando a muchos de sus dirigentes.
Moscú registró en los últimos diez años una serie de explosiones mortales reivindicadas por militantes de la causa chechena -una república del Cáucaso-, pero en los últimos tiempos los atentados fueron menos frecuentes.
El último ataque importante en el metro de Moscú se produjo el 6 de febrero de 2004, entre las estaciones Avtozavodskaya y Pavelestakaya, con un balance de más de 41 muertos y 250 heridos.
AFP
Según el último balance del ministerio de Situaciones de Emergencia, los ataques dejaron 37 muertos y al menos 65 heridos.
El primer atentado tuvo lugar en un vagón detenido en la estación Lubianka, situada a pocos cientos de metros del Kremlin, a las 07H57 locales (03H57 GMT), en hora punta.
En la Plaza Lubianka tiene su sede el servicio de inteligencia ruso FSB, sucesor del KGB soviético, que en ese edificio interrogaba y eliminaba a los disidentes y personas caídas en desgracia durante las purgas de la era soviética.
El segundo atentado fue cometido en la estación Park Kultury a las 08H36 (04H36 GMT), también en el centro de la capital.
"En Park Kultury, según los datos preliminares, se trataba de una mujer kamikaze.
Según los fragmentos del cuerpo, que están siendo examinados, el explosivo estaba colocado al nivel de la cintura.
La situación es la misma en Lubianka", afirmó un portavoz del comité de investigación de la fiscalía de
Moscú, Vladimir Markin.
El director del FSB, Alexandre Bortnikov, consideró que las autoras de los atentados eran oriundas del Cáucaso Norte, región de Rusia mayoritariamente musulmana, escenario de una violenta insurgencia en los últimos años.
"Según la versión preliminar, los atentados fueron cometidos por grupos terroristas vinculados a la región del Cáucaso Norte. Privilegiamos esta versión", declaró Bortnikov, citado por las agencias de noticias rusas.
El presidente Dimitri Medvedev reafirmó su determinación de proseguir "las operaciones contra los terroristas sin vacilación y hasta el final".
Medvedev ordenó asimismo reforzar de forma "significativa" la seguridad en los transportes públicos de todo el país, durante una reunión de emergencia convocada tras los atentados.
"Los terroristas serán aniquilados", afirmó por su parte el primer ministro Vladimir Putin desde la ciudad siberiana de Krasnoyarsk.
Los atentados del lunes, los más sangrientos cometidos en la capital rusa desde 2004, tuvieron lugar en dos estaciones de una misma línea, pero las otras líneas del metro de Moscú, que diariamente transporta a 8,5 millones de personas, seguían abiertas aunque bajo fuerte vigilancia.
En los últimos meses, las fuerzas rusas multiplicaron las operaciones militares contra rebeldes islamistas en el Cáucaso Norte, matando a muchos de sus dirigentes.
Moscú registró en los últimos diez años una serie de explosiones mortales reivindicadas por militantes de la causa chechena -una república del Cáucaso-, pero en los últimos tiempos los atentados fueron menos frecuentes.
El último ataque importante en el metro de Moscú se produjo el 6 de febrero de 2004, entre las estaciones Avtozavodskaya y Pavelestakaya, con un balance de más de 41 muertos y 250 heridos.
AFP
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