Hace unos 2 mil años, los astrónomos de la antigua China registraron una explosión. Recientemente, especialistas usaron un moderno telescopio ubicado en Chile para encontrar sus restos.
(Agencia N+1 / Sofía Dollori). Por primera vez, un equipo de investigación europeo registró los restos de una nova en el cúmulo globular galáctico Messier 22. Se trata de un "fósil cósmico": una explosión registrada en el pasado por astronómos chinos, hace unos 2.000 años atrás. El comunicado preliminar del estudio informa que el trabajo final se publicará en la revista Astronomy & Astrophysics.
Una nova es una estrella en un periodo tardío de evolución, en donde mediante una explosión sufre de manera súbita el aumento considerable de su brillo, tras lo cual palidece lentamente. Explotan porque sus capas exteriores han formado un exceso de helio mediante reacciones nucleares, y se expanden con demasiada velocidad como para ser contenida. Durante miles de años, dicha explosión se dispersa velozmente en una nube de gas visible por milenios.
Esto es lo que los astrónomos chinos presenciaron hacia el 48 a.C.: una misteriosa "estrella invitada" irrumpió en el cielo y permaneció durante largos meses. Sus restos formaron entonces una nebulosa gaseosa brillante, inexplicable en ese entonces. Los antiguos astrónomos, creyendo que se trataba del nacimiento de una estrella, llamaron a estos astros estrellas nuevas o "nova". Ahora, una investigación dirigida por el profesor Stefan Dreizler del Instituto de Astrofísica de la Universidad de Göttingen, confirman una de las observaciones más antiguas de la humanidad acerca de un evento estelar fuera de nuestro Sistema Solar.
Sigan pidiendo deseos
Los especialistas lograron divistar la nova mediante el instrumento MUSE (Multi Unit Spectroscopic Explorer) instalado en el Observatorio Europeo Austral en Chile. "La posición y el brillo de los restos coinciden con un registro del 48 a.C., una antigua colección de observaciones de astrónomos chinos", informó el primer autor del trabajo, Fabian Göttgens. "Probablemente vieron la nova original en el mismo lugar que nosotros".
Los restos recién descubiertos de la nova se ubican próximos al centro del cúmulo globular Messier 22 (M22), una nebulosa gaseosa brillante compuesta principalmente de hidrógeno y otros gases, localizada en la constelación de Sagitario en dirección al centro de la Vía Láctea.
Los cúmulos globulares son grandes concentraciones esféricas de varios cientos de miles de estrellas muy antiguas, que orbitan juntas alrededor de su galaxia de origen. En la actualidad se conocen 150 cúmulos globulares que orbitan la Vía Láctea, nuestra galaxia. Messier 22 es uno de estos cúmulos de estrellas, y se extiende en un diámetro de aproximadamente 8.000 veces la distancia entre la Tierra y el Sol.
A pesar de su tamaño, la nebulosa es relativamente ligera dada la dispersión gaseosa, con una masa aproximadamente 30 veces mayor que la de la Tierra. "MUSE no solo produce imágenes. También divide simultáneamente el brillo de las estrellas en función de su color. Esto lo hace particularmente adecuado para encontrar nebulosas que a menudo solo brillan en un color determinado, generalmente rojo", agregaron los académicos.
Esta noticia ha sido publicada originalmente en N+1, ciencia que suma.
Comparte esta noticia