Las últimas cifras señalan que hay 243 personas desaparecidas y 11.477 heridas, de las cuales 1.174 están en estado grave.
Muchos supervivientes del terremoto de 7,1 grados que azotó el miércoles la provincia china de Qinghai han pasado una segunda noche a la intemperie, bajo temperaturas mínimas, mientras esperan que llegue más ayuda a la zona y cuando las víctimas mortales ascienden a 791.
"Las últimas cifras señalan que hay 243 personas desaparecidas y 11.477 heridas, de las cuales 1.174 están en estado grave", anunció un portavoz del cuartel general de rescate en la prefectura tibetana de Yushu, que precisó que 4.200 heridos ya han sido hospitalizados.
El director del Departamento de Operaciones de Rescate del Ministerio de Asuntos Civiles, Zou Ming, indicó que "se necesitan urgentemente mantas, ropa y alimentos".
Al menos 7.093 efectivos participan en las operaciones de salvamento en la ciudad de Jiegu (Gyegu en tibetano), uno de los lugares más afectados por el seísmo y donde ya se ha rescatado a 6.900 personas.
La urbe está situada en una remota área y el seísmo provocó importantes deslizamientos de tierra que dañaron las vías de transporte, lo que dificulta las tareas de rescate y el envío de maquinaria a la zona.
La prensa apunta que más equipos de rescate van llegando poco a poco a Jiegu, donde habitan 100.000 personas y donde el 85 por ciento de las viviendas, la mayoría construidas de adobe y de madera, han quedado destruidas.
Todavía hay mucha gente que permanece sepultada entre los escombros, según los medios, que, conforme pasan los días van revelando las historias personales de los supervivientes.
La agencia oficial Xinhua informó, por ejemplo, del nacimiento durante estos tres días de varios bebés en la zona afectada.
"Debe ser la primera vida que llegó al mundo tras la catástrofe", contó un médico sobre el nacimiento de un niño en una de las tiendas de campaña desplegadas en la ciudad de Jiegu. "El bebé ha traído la esperanza a este lugar en ruinas", subrayó.
El primer ministro chino, Wen Jiabao, que se ha desplazado a la zona, aseguró que "aun cuando sólo hay una mínima esperanza, nos esforzaremos al máximo y nunca nos rendiremos ".
Por su parte, el presidente chino, Hu Jintao, canceló su visita oficial a Venezuela y Chile para regresar a China desde Brasil.
El epicentro del terremoto se localizó a una profundidad de 33 kilómetros, en una zona situada a 33,1 grados latitud norte y 96,7 grados longitud este en el distrito de Yushu, en la provincia autónoma tibetana del mismo nombre, y que tiene una altitud de más de 4.000 metros.
Los sismólogos advierten que podrían producirse fuertes temblores en los próximos días y afirman que "la réplica de 6,3 grados de magnitud que tuvo lugar tras el seísmo se considera de gran alcance en comparación con los registros históricos", por lo que "hay que estar atentos a más temblores que ronden los 6 grados".
Según Zhou Rongjun, investigador de la Oficina de Terremotos de Sichuan, "con una investigación sismológica moderna, los científicos son capaces de decir qué lugares son más vulnerables a los seísmos de más o menos intensidad, pero sigue siendo un desafío dar una fecha exacta de cuándo pueden producirse".
El seísmo es el más grave ocurrido en China desde mayo de 2008, cuando un terremoto de 8 grados azotó la provincia de Sichuan, y causó unos 90.000 muertos y desaparecidos.
EFE
"Las últimas cifras señalan que hay 243 personas desaparecidas y 11.477 heridas, de las cuales 1.174 están en estado grave", anunció un portavoz del cuartel general de rescate en la prefectura tibetana de Yushu, que precisó que 4.200 heridos ya han sido hospitalizados.
El director del Departamento de Operaciones de Rescate del Ministerio de Asuntos Civiles, Zou Ming, indicó que "se necesitan urgentemente mantas, ropa y alimentos".
Al menos 7.093 efectivos participan en las operaciones de salvamento en la ciudad de Jiegu (Gyegu en tibetano), uno de los lugares más afectados por el seísmo y donde ya se ha rescatado a 6.900 personas.
La urbe está situada en una remota área y el seísmo provocó importantes deslizamientos de tierra que dañaron las vías de transporte, lo que dificulta las tareas de rescate y el envío de maquinaria a la zona.
La prensa apunta que más equipos de rescate van llegando poco a poco a Jiegu, donde habitan 100.000 personas y donde el 85 por ciento de las viviendas, la mayoría construidas de adobe y de madera, han quedado destruidas.
Todavía hay mucha gente que permanece sepultada entre los escombros, según los medios, que, conforme pasan los días van revelando las historias personales de los supervivientes.
La agencia oficial Xinhua informó, por ejemplo, del nacimiento durante estos tres días de varios bebés en la zona afectada.
"Debe ser la primera vida que llegó al mundo tras la catástrofe", contó un médico sobre el nacimiento de un niño en una de las tiendas de campaña desplegadas en la ciudad de Jiegu. "El bebé ha traído la esperanza a este lugar en ruinas", subrayó.
El primer ministro chino, Wen Jiabao, que se ha desplazado a la zona, aseguró que "aun cuando sólo hay una mínima esperanza, nos esforzaremos al máximo y nunca nos rendiremos ".
Por su parte, el presidente chino, Hu Jintao, canceló su visita oficial a Venezuela y Chile para regresar a China desde Brasil.
El epicentro del terremoto se localizó a una profundidad de 33 kilómetros, en una zona situada a 33,1 grados latitud norte y 96,7 grados longitud este en el distrito de Yushu, en la provincia autónoma tibetana del mismo nombre, y que tiene una altitud de más de 4.000 metros.
Los sismólogos advierten que podrían producirse fuertes temblores en los próximos días y afirman que "la réplica de 6,3 grados de magnitud que tuvo lugar tras el seísmo se considera de gran alcance en comparación con los registros históricos", por lo que "hay que estar atentos a más temblores que ronden los 6 grados".
Según Zhou Rongjun, investigador de la Oficina de Terremotos de Sichuan, "con una investigación sismológica moderna, los científicos son capaces de decir qué lugares son más vulnerables a los seísmos de más o menos intensidad, pero sigue siendo un desafío dar una fecha exacta de cuándo pueden producirse".
El seísmo es el más grave ocurrido en China desde mayo de 2008, cuando un terremoto de 8 grados azotó la provincia de Sichuan, y causó unos 90.000 muertos y desaparecidos.
EFE
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