Se trata de la puerta cuántica de dos cúbits (bits cuánticos) más rápida que se ha desarrollado. El logro, que se realizó gracias a una precisión que antes se creían imposible de alcanzar, fue hecha por un equipo liderado por una científica.
Científicos de Australia desarrollaron una puerta cuántica de dos cúbits doscientas veces más rápida que otras de su tipo, lo que supone un paso más hacia la construcción de un ordenador cuántico a escala atómica. "La optimización de cada aspecto del diseño del aparato con precisión atómica nos ha permitido construir una puerta de dos cúbits muy rápida", dijo Michelle Simmons, líder del proyecto de la Universidad de Nueva Gales del Sur (UNSW, siglas en inglés), en un comunicado.
La puerta cúantica de dos cúbits es la pieza central de los ordenadores cúanticos y la versión del equipo de la UNSW es la más rápida que se ha desarrollado: logró completar una operación en 0,8 nanosegundos, 200 veces más rápido que modelos similares. El equipo de Simmons, cuyo estudio se publicó en la revista Nature, colocó dos cúbits más cerca que nunca, a unos 13 nanómetros de distancia, para después observar y medir de forma controlada y en tiempo real el estado de sus giros.
El enfoque de los científicos australianos requirió no solamente colocar cúbits de átomos en silicio sino también el sistema de circuito asociado para iniciar, controlar y leer los cúbits a nivel de nanoescala, lo que requiere una precisión que "se había llegado a considerar imposible", indicó el comunicado. "Al utilizar la tecnología única que fabricamos, hemos demostrado la capacidad que tenemos de leer e iniciar los espines de electrones individuales en cúbits de átomos sobre silicio con gran precisión", dijo Simmons.
La científica, Australiana del Año de 2018, también indicó que el trabajo de su equipo demostró que el sistema de circuito registra el menor ruido eléctrico entre todos los sistemas concebidos para conectar a un semiconductor de cúbit. El cúbit o bit cuántico está hecho a partir de electrones hospedados en átomos de fósforo posicionados con precisión en un chip de silicio, y constituye la singular manera con la que el equipo australiano lidera la investigación en este campo. EFE
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