Derrocado presidente de Kirguistán aseguró que no dimitirá, aunque admitió que ya no controla la situación en el país.
El derrocado presidente de Kirguistán, Kurmanbek Bakíev, aseguró hoy que no dimitirá, aunque admitió que ya no controla la situación en el país, donde la oposición ha creado un Gobierno provisional respaldado por las Fuerzas Armadas.
"Anuncio que, como presidente, no he renunciado, ni renunciaré a mis facultades", señaló Bakíev en un comunicado, recibido a través del correo electrónico por la agencia digital 24.kg, ya que la oposición controla las emisiones de la televisión pública.
Bakíev -refugiado desde anoche en el sur de ese país centroasiático tras el estallido de violentos disturbios en la capital, Biskek- reconoció que "no puede influir en la situación en la república".
"Llamo a la comunidad mundial, a los mandatarios y a las organizaciones internacionales a que presten la mayor de las atenciones a la crítica situación en Kirguistán", indicó.
Calificó la toma del poder la víspera por parte de la oposición de "intento de golpe de Estado, cuyo precio fue la vida de los ciudadanos".
"Lamentablemente, a pesar de que el Ejército y las fuerzas del orden se han subordinado a las nuevas autoridades, los cuerpos de seguridad son incapaces de restablecer el orden", subrayó.
Bakíev se mostró "convencido de que el país, en el que el poder es tomado mediante derramamiento de sangre, puede perder su soberanía".
"Como garante de la Constitución, declaro que, en caso de una ulterior desestabilización, toda la responsabilidad recaerá en los líderes opositores, que serán castigados con todo el peso de la ley", advirtió.
El derrocado presidente kirguís instó a la oposición a tener "la valentía para reconocer que la situación en el país, agravada después del derramamiento de sangre del 6 y el 7 de abril, está fuera de control".
"En muchas regiones del país, especialmente en la capital, se observa un completo caos, se extiende la ola de violencia y saqueo, surgen conflictos interétnicos", precisó.
Al mismo tiempo, afirmó que está "dispuesto a asumir la responsabilidad por los trágicos sucesos, si la culpa es demostrada mediante una investigación objetiva e imparcial, sin escudarse en la inmunidad presidencial".
El viceprimer ministro del Gobierno provisional, Temir Saríev, aseguró hoy a Efe que "Bakíev ya no es el presidente del país. Rosa Otunbáyeva es la jefa del Gobierno provisional. El Parlamento ha sido disuelto".
Saríev resaltó que las nuevas autoridades kirguises "controlan la situación en todo el país", con la excepción de la región de Jalal-Abad, donde se encuentra Bakíev.
Agregó que las nuevas autoridades procesarán a Bakíev y a otros dirigentes depuestos por haber ordenado disparar contra los manifestantes frente a la sede del Gobierno, donde murieron la mayoría de las 75 víctimas de los enfrentamientos.
-EFE
"Anuncio que, como presidente, no he renunciado, ni renunciaré a mis facultades", señaló Bakíev en un comunicado, recibido a través del correo electrónico por la agencia digital 24.kg, ya que la oposición controla las emisiones de la televisión pública.
Bakíev -refugiado desde anoche en el sur de ese país centroasiático tras el estallido de violentos disturbios en la capital, Biskek- reconoció que "no puede influir en la situación en la república".
"Llamo a la comunidad mundial, a los mandatarios y a las organizaciones internacionales a que presten la mayor de las atenciones a la crítica situación en Kirguistán", indicó.
Calificó la toma del poder la víspera por parte de la oposición de "intento de golpe de Estado, cuyo precio fue la vida de los ciudadanos".
"Lamentablemente, a pesar de que el Ejército y las fuerzas del orden se han subordinado a las nuevas autoridades, los cuerpos de seguridad son incapaces de restablecer el orden", subrayó.
Bakíev se mostró "convencido de que el país, en el que el poder es tomado mediante derramamiento de sangre, puede perder su soberanía".
"Como garante de la Constitución, declaro que, en caso de una ulterior desestabilización, toda la responsabilidad recaerá en los líderes opositores, que serán castigados con todo el peso de la ley", advirtió.
El derrocado presidente kirguís instó a la oposición a tener "la valentía para reconocer que la situación en el país, agravada después del derramamiento de sangre del 6 y el 7 de abril, está fuera de control".
"En muchas regiones del país, especialmente en la capital, se observa un completo caos, se extiende la ola de violencia y saqueo, surgen conflictos interétnicos", precisó.
Al mismo tiempo, afirmó que está "dispuesto a asumir la responsabilidad por los trágicos sucesos, si la culpa es demostrada mediante una investigación objetiva e imparcial, sin escudarse en la inmunidad presidencial".
El viceprimer ministro del Gobierno provisional, Temir Saríev, aseguró hoy a Efe que "Bakíev ya no es el presidente del país. Rosa Otunbáyeva es la jefa del Gobierno provisional. El Parlamento ha sido disuelto".
Saríev resaltó que las nuevas autoridades kirguises "controlan la situación en todo el país", con la excepción de la región de Jalal-Abad, donde se encuentra Bakíev.
Agregó que las nuevas autoridades procesarán a Bakíev y a otros dirigentes depuestos por haber ordenado disparar contra los manifestantes frente a la sede del Gobierno, donde murieron la mayoría de las 75 víctimas de los enfrentamientos.
-EFE
Comparte esta noticia