El Pontífice, que agradeció hoy la acogida y la colaboración que le han ofrecido las distintas autoridades religiosas y políticas durante su estancia en Tierra Santa.
El papa Benedicto XVI definió hoy su reciente viaje a Tierra Santa como un servicio para la construcción de la paz en un lugar que, según él, se ha convertido en símbolo de "división y conflictos interminables" que deben interpelar a nuestro corazón.
"Este peregrinaje a los Lugares santos ha sido una visita pastoral a los fieles que viven allí, un servicio a la unidad de los cristianos, al diálogo con los hebreos y los musulmanes y a la construcción de la paz", dijo el Papa durante su habitual rezo del Regina Coeli, que sustituye al Ángelus en el tiempo de Pascua.
"Esa tierra es símbolo del amor de Dios por su pueblo y por la humanidad entera y es también símbolo de la libertad y de la paz que Dios quiere para todos sus hijos. Sin embargo, la historia de ayer y de hoy muestra que justo esa tierra se ha convertido en símbolo de lo contrario, es decir, de división y de conflictos interminables entre hermanos", añadió.
Según el Pontífice, esa inexplicable transformación de Tierra Santa debe interpelar a "nuestro corazón", aunque sepamos que un "misterioso proyecto de Dios concierne" a ese lugar.
"Así la Tierra Santa se ha convertido ella misma en casi una metáfora de la revelación, un quinto Evangelio, como alguno la ha llamado, que por su propia historia puede ser considerada como un microcosmos que resume en sí misma el fatigoso camino de la humanidad hacia el Reino de la justicia, el amor y la paz", comentó.
El Pontífice, que agradeció hoy la acogida y la colaboración que le han ofrecido las distintas autoridades religiosas y políticas durante su estancia en Tierra Santa, concluyó el pasado viernes su viaje de ocho días por la zona, que le ha llevado a Jordania, Israel y los territorios palestinos.
EFE
Comparte esta noticia