Estudio sitúa el terremoto de Haití como el más destructivo de los desastres naturales de la era moderna, al tener en cuenta su población y su economía.
El terremoto que sufrió Haití el pasado 12 de enero provocó daños de entre 8.000 y 14.000 millones de dólares, lo que lo convierte en el desastre natural más devastador que ha sufrido la Tierra en la era moderna.
Un estudio elaborado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) estima que el costo para reconstruir casas, escuelas, calles y demás infraestructura destruidas en Haití podría ascender a cerca de 14.000 millones de dólares.
El estudio realiza un análisis preliminar de los daños que sufrió el país durante el sismo de 7 grados en la escala de Richter, utilizando variables como la magnitud del terremoto, el número de muertes, la población y el Producto Interno Bruto per cápita, y comparándolo con otros desastres ocurridos.
El escenario que ha manejado el BID es que el terremoto causó la muerte o la desaparición de entre 200.000 y 250.000 personas, cerca de la última cifra oficial, que es de 230.000 muertos hasta el momento.
Los economistas del BID Andrew Powell, Eduardo Cavallo y Oscar Becerra consideran, al hacer un cálculo preliminar de los daños, que la cifra mínima de este desastre es de 8.100 millones de dólares.
No obstante, consideran que esta cifra es muy baja, y que el cálculo final se acercará más a los 13.900 millones de dólares.
Aunque no hay cifras definitivas, el estudio sitúa el terremoto de Haití como el más destructivo de los desastres naturales de la era moderna, al tener en cuenta la población del país caribeño y su economía.
Desde este punto de vista, el terremoto de Haití resultó "inmensamente más destructivo" que el tsunami en Indonesia de 2004 y los ciclones que afectaron a Honduras en 1974 (Fifi) y 1998 (Mitch), con unos daños que supusieron más del 100 por ciento del PIB haitiano.
En el tsunami se contabilizaron 165.825 muertes, y unos daños de 5.197 millones de dólares, el 2 por ciento del PIB de Indonesia.
El ciclón "Fifi" causó en Honduras 8.000 muertes y unos daños del 59 por ciento de su PIB, en tanto que el "Mitch" ocasionó 14.600 muertes y unos daños equivalentes al 81 por ciento de su PIB.
Tras el de Haití, el segundo desastre por número de muertes en proporción con el volumen de población, fue el terremoto de Nicaragua de 1972, con 4.046 muertes por millón.
El BID considera que el monto de los daños en Haití requerirá una coordinación sin precedente entre los donantes bilaterales, multilaterales y privados.
Insiste, además, en que para asegurar la utilización eficiente del dinero, algunos donantes individuales "quizás tengan que renunciar al tipo de control e imposición de condiciones que típicamente exigen en proyectos que apoyan".
Habrá que poner en marcha, también, "mecanismos extraordinarios para asegurar la transparencia y la rendición de cuentas".
El BID ha adelantado las conclusiones de otro estudio que se publicará próximamente, y que indica que los países afectados por desastres de esta escala sufren contracciones económicas que pueden prolongarse por décadas.
En algunos de estos países, y a pesar de los grandes flujos de ayuda del exterior, el PIB per cápita resultaba un 30 por ciento más bajo, 10 años después del desastre, de lo que hubiese sido de no haber sucedido el mismo.
"Por supuesto esto no significa que la asistencia no da resultados, ya que el crecimiento negativo pudo haber sido peor si la asistencia no hubiese sido incrementada", indica el estudio.
"Sin embargo, esto resalta los retos que enfrenta Haití y la comunidad internacional que intenta ayudar al país", explica. EFE
Un estudio elaborado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) estima que el costo para reconstruir casas, escuelas, calles y demás infraestructura destruidas en Haití podría ascender a cerca de 14.000 millones de dólares.
El estudio realiza un análisis preliminar de los daños que sufrió el país durante el sismo de 7 grados en la escala de Richter, utilizando variables como la magnitud del terremoto, el número de muertes, la población y el Producto Interno Bruto per cápita, y comparándolo con otros desastres ocurridos.
El escenario que ha manejado el BID es que el terremoto causó la muerte o la desaparición de entre 200.000 y 250.000 personas, cerca de la última cifra oficial, que es de 230.000 muertos hasta el momento.
Los economistas del BID Andrew Powell, Eduardo Cavallo y Oscar Becerra consideran, al hacer un cálculo preliminar de los daños, que la cifra mínima de este desastre es de 8.100 millones de dólares.
No obstante, consideran que esta cifra es muy baja, y que el cálculo final se acercará más a los 13.900 millones de dólares.
Aunque no hay cifras definitivas, el estudio sitúa el terremoto de Haití como el más destructivo de los desastres naturales de la era moderna, al tener en cuenta la población del país caribeño y su economía.
Desde este punto de vista, el terremoto de Haití resultó "inmensamente más destructivo" que el tsunami en Indonesia de 2004 y los ciclones que afectaron a Honduras en 1974 (Fifi) y 1998 (Mitch), con unos daños que supusieron más del 100 por ciento del PIB haitiano.
En el tsunami se contabilizaron 165.825 muertes, y unos daños de 5.197 millones de dólares, el 2 por ciento del PIB de Indonesia.
El ciclón "Fifi" causó en Honduras 8.000 muertes y unos daños del 59 por ciento de su PIB, en tanto que el "Mitch" ocasionó 14.600 muertes y unos daños equivalentes al 81 por ciento de su PIB.
Tras el de Haití, el segundo desastre por número de muertes en proporción con el volumen de población, fue el terremoto de Nicaragua de 1972, con 4.046 muertes por millón.
El BID considera que el monto de los daños en Haití requerirá una coordinación sin precedente entre los donantes bilaterales, multilaterales y privados.
Insiste, además, en que para asegurar la utilización eficiente del dinero, algunos donantes individuales "quizás tengan que renunciar al tipo de control e imposición de condiciones que típicamente exigen en proyectos que apoyan".
Habrá que poner en marcha, también, "mecanismos extraordinarios para asegurar la transparencia y la rendición de cuentas".
El BID ha adelantado las conclusiones de otro estudio que se publicará próximamente, y que indica que los países afectados por desastres de esta escala sufren contracciones económicas que pueden prolongarse por décadas.
En algunos de estos países, y a pesar de los grandes flujos de ayuda del exterior, el PIB per cápita resultaba un 30 por ciento más bajo, 10 años después del desastre, de lo que hubiese sido de no haber sucedido el mismo.
"Por supuesto esto no significa que la asistencia no da resultados, ya que el crecimiento negativo pudo haber sido peor si la asistencia no hubiese sido incrementada", indica el estudio.
"Sin embargo, esto resalta los retos que enfrenta Haití y la comunidad internacional que intenta ayudar al país", explica. EFE
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