Desde 1942 no había un brote de la enfermedad en el país vecino.
Los estados de Sao Paulo y Espírito Santo reportaron hoy sus primeras muertes confirmadas por causa de la fiebre amarilla en lo que va del año, elevando así a 46 el número de víctimas mortales por el brote que tiene en alerta a algunas regiones de Brasil.
El más reciente boletín del Ministerio de Salud, divulgado este lunes, indicó que a las 42 muertes registradas en Minas Gerais hasta la semana pasada se sumaron las tres de Sao Paulo y una en Espírito Santo. Existen también casos sospechosos de la enfermedad en Mato Grosso do Sul y Bahía, mientras los que estaban en fase de investigación en el Distrito Federal de Brasilia y Goiás, ambos en la región central, fueron descartados.
Lucha contra la epidemia. En total, Brasil registra en el primer mes del año 568 casos sospechosos, de los cuales 430 permanecen en investigación, 130 fueron confirmados y 31 descartados. El Ministerio de Salud aumentó las dosis de la vacuna y envió 7,5 millones extras a las regiones afectadas, casi la mitad de ellas a Minas Gerais, que tiene 55 municipios en alerta y donde se registran 509 de los casos sospechosos.
Los especialistas distinguen dos tipos de fiebre amarilla que se diferencian por el mosquito transmisor: la silvestre -transmitida por el Haemagogus y el Sabethes, que ataca principalmente a los monos- y la urbana, que transmite el aedes aegypti, el vector del dengue, el zika y el chikunguña.
Según datos oficiales, los últimos casos de fiebre amarilla en ciudades brasileñas se registraron en 1942, en el estado de Acre.
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