Videos compartidos por una organización en contra de la caza de estos animales evidencian los tortuosos momentos que los delfines y ballenas piloto viven antes de su muerte.
Entre septiembre y enero, el gobierno japonés permite a los pescadores capturar hasta 1749 delfines por año y 101 ballenas piloto de aletas cortas. La bahía de la pequeña ciudad de Taiji se convierte esta época en el escenario ideal para obtener carne de estos mamíferos.
Una de las cazas “más brutales” de las que Dolphin Project ha sido testigo fue captada en video. Muestra a una ballena piloto juvenil luchar por juntarse nuevamente con su manada. Con heridas múltiples en todo el cuerpo, nada cerca de la red.
“Estas brutales cazas son impulsadas principalmente por el dinero obtenido de la venta de delfines capturados vivos en la multimillonaria industria de cautiverio”, señaló la organización junto a su video publicado en YouTube.
Algunos animales son vendidos a acuarios y parques marítimos, otros son conducidos a una cala donde son sacrificados con cuchillos en aguas poco profundas. A pesar de la crítica internacional, Japón ha reanudado este año con la caza de ballenas con fines de lucro.
Imágenes compartidas en redes sociales por Dolphin Project condenan la caza de delfines mientras muestran el agua de mar teñido de rojo.
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