Brecha en el país asiático entre el número de hombres y mujeres, así como el envejecimiento de la población, tienen su origen en la política del hijo único.
Las autoridades chinas aceptan cada vez más abordar el problema que supone para el futuro desarrollo económico y social la política del hijo único, a medida que aumentan los casos de infertilidad y el "síndrome del nido vacío" (depresión de los padres cuando sus hijos dejan el hogar familiar).
Medios influyentes como el "Diario del Pueblo", órgano oficial del Partido Comunista de China (PCCh), hablan abiertamente de los tratamientos de inseminación artificial o de la adopción como "opciones realistas" para solucionar la falta de hijos.
La brecha entre el número de hombres y mujeres, tras años de dar preferencia al hijo varón que proporcione sustento y nuera que cuide a los suegros, así como el envejecimiento de la población, tienen su origen en la política del hijo único.
Según cifras oficiales, la población del gigante asiático alcanzó los 1.320 millones de habitantes en 2008, de los cuales 200 millones tendrán más de 60 años a finales del año 2015.
Mientras que la mayoría de las parejas urbanas chinas pueden tener sólo un hijo, con limitadas excepciones o la posibilidad de un segundo si pagan una "multa", la infertilidad aumenta debido a fenómenos como la contaminación ambiental o la ingesta de hormonas, sobre todo entre los hombres, y a la tardía edad en casarse entre las mujeres.
En los últimos tiempos se incrementó el número de mujeres que se casan después de haber cumplido los 35 años al esperar afianzar su carrera profesional y disfrutar de una situación financiera estable para tener descendencia.
Según datos publicados en un seminario sobre infertilidad en China, celebrado en agosto pasado en Pekín, más de 40 millones de personas padecen este problema, casi el 12 por ciento de la población en edad de concebir.
Esta cifra supone el 15 por ciento en regiones costeras y desarrolladas como la ciudad de Qingdao, capital de la provincia oriental de Shandong, y el 18,9 por ciento en la sureña Cantón.
Además, un estudio entre 1.236 pacientes del Instituto de Investigaciones sobre Planificación Familiar de la ciudad de Chongqing, puso de manifiesto que casi un 60 por ciento de las mujeres sufría infertilidad por abortos previos, muchos de ellos efectuados durante la adolescencia o en malas condiciones en clínicas no autorizadas.
Un profesor del Instituto de Investigaciones sobre Población y Desarrollo de la Universidad de Nankai, Yuan Xin, declaró al Diario del Pueblo que una de cada ocho parejas chinas sufre de infertilidad, pero que la inseminación artificial es un método "costoso y agotador".
Al inconveniente de la infertilidad se une el de la generación de matrimonios de hijos únicos, quienes sufren el "síndrome del nido vacío" cuando éstos abandonan el hogar familiar.
Los expertos comienzan a recomendar a esa primera generación de progenitores de hijos únicos que asuman con optimismo su emancipación con la búsqueda de nuevos horizontes.
-EFE
Medios influyentes como el "Diario del Pueblo", órgano oficial del Partido Comunista de China (PCCh), hablan abiertamente de los tratamientos de inseminación artificial o de la adopción como "opciones realistas" para solucionar la falta de hijos.
La brecha entre el número de hombres y mujeres, tras años de dar preferencia al hijo varón que proporcione sustento y nuera que cuide a los suegros, así como el envejecimiento de la población, tienen su origen en la política del hijo único.
Según cifras oficiales, la población del gigante asiático alcanzó los 1.320 millones de habitantes en 2008, de los cuales 200 millones tendrán más de 60 años a finales del año 2015.
Mientras que la mayoría de las parejas urbanas chinas pueden tener sólo un hijo, con limitadas excepciones o la posibilidad de un segundo si pagan una "multa", la infertilidad aumenta debido a fenómenos como la contaminación ambiental o la ingesta de hormonas, sobre todo entre los hombres, y a la tardía edad en casarse entre las mujeres.
En los últimos tiempos se incrementó el número de mujeres que se casan después de haber cumplido los 35 años al esperar afianzar su carrera profesional y disfrutar de una situación financiera estable para tener descendencia.
Según datos publicados en un seminario sobre infertilidad en China, celebrado en agosto pasado en Pekín, más de 40 millones de personas padecen este problema, casi el 12 por ciento de la población en edad de concebir.
Esta cifra supone el 15 por ciento en regiones costeras y desarrolladas como la ciudad de Qingdao, capital de la provincia oriental de Shandong, y el 18,9 por ciento en la sureña Cantón.
Además, un estudio entre 1.236 pacientes del Instituto de Investigaciones sobre Planificación Familiar de la ciudad de Chongqing, puso de manifiesto que casi un 60 por ciento de las mujeres sufría infertilidad por abortos previos, muchos de ellos efectuados durante la adolescencia o en malas condiciones en clínicas no autorizadas.
Un profesor del Instituto de Investigaciones sobre Población y Desarrollo de la Universidad de Nankai, Yuan Xin, declaró al Diario del Pueblo que una de cada ocho parejas chinas sufre de infertilidad, pero que la inseminación artificial es un método "costoso y agotador".
Al inconveniente de la infertilidad se une el de la generación de matrimonios de hijos únicos, quienes sufren el "síndrome del nido vacío" cuando éstos abandonan el hogar familiar.
Los expertos comienzan a recomendar a esa primera generación de progenitores de hijos únicos que asuman con optimismo su emancipación con la búsqueda de nuevos horizontes.
-EFE
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