Las comarcas afectadas son Chengxian, Lixian y Xihe, en la jurisdicción de la ciudad de Longnan, donde unos 10.000 residentes tuvieron que ser evacuados a zonas más elevadas.
La cifra de muertos por el alud que arrasó el domingo una población entera en la provincia noroccidental china de Gansu aumentó hasta 1.144 fallecidos y a 600 los desaparecidos entre el barro, según difundió la prensa local.
El departamento provincial de asuntos civiles informó a última hora de ayer de que las intensas lluvias que de nuevo el jueves asolaron la zona afectada desencadenaron nuevas inundaciones y avalanchas de barro en la comarca de Zhouqu, situada en la prefectura autónoma tibetana de Gannan.
Como consecuencia de estas últimas lluvias 9 personas murieron y otras 9 permanecen desaparecidas en tres comarcas situadas al noroeste de Zhouqu, informó la agencia oficial de noticias Xinhua.
Las comarcas afectadas son Chengxian, Lixian y Xihe, en la jurisdicción de la ciudad de Longnan, donde unos 10.000 residentes tuvieron que ser evacuados a zonas más elevadas, y por lo menos cinco resultaron heridos.
Los realojados no tienen suficiente agua potable y alimentos, agregó la agencia estatal, mientras que otras 3.000 personas han quedado atrapadas en una zona minera, aunque están fuera de peligro.
El pronóstico meteorológico indica que las lluvias continuarán en Zhouqu en las próximas 24 horas, por lo que supervivientes y equipos de rescate se enfrentan a nuevos peligros.
El Ministerio de Sanidad ha reconocido que la posibilidad de que surjan brotes epidémicos es una de las mayores preocupaciones en la zona devastada, después de que las autoridades advirtieran de que las fuentes de agua potable han quedado dañadas por el alud.
Los cadáveres humanos y animales que permanecen entre el barro se están descomponiendo rápidamente debido a las altas temperaturas, lo que supone un alto riesgo epidémico, agregó esta fuente.
A pesar de que se han excavado pozos para asegurar el suministro de agua, el ministerio reconoce que la esterilización está siendo difícil y es fácil que el agua se contamine.
"Sólo ha quedado en pie una pequeña parte de la zona afectada por el alud. Un gran número de damnificados y socorristas están alojándose allí, por lo que aumenta el riesgo de enfermedades contagiosas intestinales y respiratorias", señaló un funcionario ministerial a Xinhua.
El barro destruyó también los equipos de refrigeración para conservar vacunas y medicamentos.
El Ministerio de Protección Ambiental ha enviado a unos 20 expertos a Zhouqu para prevenir nuevos desastres y controlar la calidad del agua del río Bailong.
EFE
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