El estudio de la Universidad del Norte de Colorado (Estados Unidos) señala que el reptil del Amazonas utiliza un veneno diferente de acuerdo a su tipo de presa. La serpiente habría desarrollado nuevas toxinas debido a que su víctima natural se volvió inmune.
Científicos de la Universidad de Northern Colorado han encontrado una serpiente arbórea con dos tipos de venenos, uno para mamíferos pequeños como los roedores y otro que ataca a pájaros y lagartos. El estudio ha sido publicado en Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences.
"Otras serpientes arbóreas, cuando se alimentan de mamíferos, usan la constricción", dice Stephen Mackessy en la Universidad del Norte de Colorado, que estudió el veneno producido por la especie llamada Spilotes sulphureus. "Estas serpientes resoplonas del Amazonas no son muy buenas constrictoras, por lo que están en desventaja", dice.
Sulditoxina y Sulmotoxina 1
Pero Mackessy descubrió que el veneno de las serpientes les otorga un tipo diferente de ventaja. El hallazgo ocurrió luego que el investigador y su equipo extrajeran el veneno de tres serpientes resoplonas del Amazonas, y luego analizaron las toxinas presentes. También probaron la dosis que los lagartos o los mamíferos podían soportar usando lagartijas y ratones domésticos.
Los científicos encontraron dos toxinas: sulditoxina, la cual es altamente tóxica para los lagartos y las aves, pero no para los mamíferos (incluso cuando la dosis es 22 veces más alta que la que se obtendría por una mordedura); y sulmotoxina 1, que funciona al revés, es letal para los mamíferos pero no para los pájaros o lagartos.
Mientras que otras serpientes han desarrollado neurotoxinas específicas en su veneno, esta serpiente de hasta 2,7 metros de largo es la primera que ha demostrado ese patrón, dice a New Scientist, Bryan Fry de la Universidad de Queensland en Australia, que no participó en la investigación.
Una posible explicación
Mackessy dice que con el tiempo, la presa natural de esta serpiente pudo haber estado desarrollando resistencia a su veneno. Algo que a su vez, hizo que la serpiente desarrolle nuevas toxinas.
Para estudiar el proceso, Mackessy y sus colegas construyeron un árbol evolutivo para rastrear ambas toxinas a través de las familias de serpientes con colmillos frontales y colmillos posteriores. Descubrieron que la sulditoxina (para lagartos) probablemente evolucionó primero, y la sulmotoxina 1 (para mamíferos) llegó más tarde. Fry está de acuerdo, ya que las lagartijas son presas más comunes que los mamíferos para estas serpientes.
(Esta noticia ha sido publicada originalmente en N+1)
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