Desde 1947, se celebra cada año esta inusual carrera, en la que los competidores deben cubrir distancias de hasta 750 metros.
Un total de 366 nadadores de ocho países desafiaron ayer el invierno europeo para competir en la 70 edición de la tradicional carrera ‘Alfred Nikodém’ en las heladas aguas del río Moldava en su paso por Praga.
Desde 1947, se celebra cada año -después del día de Navidad- la carrera, con nadadores de todas las edades, que compiten en tres distancias: 100, 300 y 750 metros.
Este año, el agua del Moldava estaba a 4,2 grados centígrados, considerada una temperatura "moderada" para esta especialidad. "El agua estuvo relativamente caliente. Tenía 4 grados, por lo que no está helada, y se nada mejor", explicó el checo Michal Hrubes, uno de los participantes.
La nadadora más joven fue una chica belga de 13 años y la más veterana una mujer checa de 87 años.
La competición, que lleva el nombre de Alfred Nikodém (1864-1949) como homenaje al orfebre y deportista checo que nadó por primera vez en invierno en el río Moldova en 1923, se celebró a una temperatura atmosférica de 8 grados.
Tiene como telón de fondo el mítico Puente de Carlos, la colina del Castillo de Praga, con su inconfundible catedral, y el Teatro Nacional de la República Checa.
Varios miles de espectadores se apostaron en las barandillas de los puentes y a lo largo de la calle que escolta el río, para admirar a los nadadores, que por grupos fueron tomando contacto con el agua en la llamada "Isla de los Eslavos". (EFE)
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