Colombia es el segundo país más afectado por minas después de Afganistán, por eso celebraron así el Día Internacional de Sensibilización contra este tipo de armas.
Los colombianos se remangaron hoy una pierna del pantalón y colocaron 9.133 zapatos rotos en la céntrica Plaza Bolívar de Bogotá para recordar a cada una de las víctimas de las minas antipersonales registradas en el país desde 1990.
Con esta campaña se conmemoró en Colombia, el segundo país más afectado por minas después de Afganistán, el Día Internacional de Sensibilización contra este tipo de armas prohibidas por la Convención de Ottawa.
Las últimas víctimas mortales fueron un soldado y un campesino el pasado fin de semana en los departamentos del Cauca (sur) y Antioquia (noroeste), mientras que días atrás perdieron la vida dos labriegos que erradicaban coca en las selvas del sur.
Bajo el lema "Por un día, Pongámonos en su zapato" y "El 4 de abril ¡Remángate!", miles de bogotanos se concentraron hoy en la Plaza Bolívar.
Fueron ciudadanos anónimos y autoridades, entre ellas la primera dama, María Clemencia Rodríguez, el vicepresidente, Angelino Garzón, y el Defensor del Pueblo, Volmar Pérez.
También el presidente Santos realizó a pie y con una pierna del pantalón remangada el recorrido entre la Casa de Nariño (sede del Gobierno) y el Ministerio de Hacienda, mientras que otros muchos se sumaron a través de las redes sociales, donde colgaron sus fotos con el pantalón encogido a la rodilla.
"Mas que celebrar se trata de conmemorar y sensibilizar por el uso cruel de estas armas y para que tengamos presente que padecemos este problema", dijo en una entrevista con Efe el director del programa presidencial para la Acción Integral contra Minas Antipersonal (Paicma), Daniel Ávila.
Recordó que desde 1990 9.133 personas, un 65 % de ellas miembros de la Fuerza Pública y un 35 % civiles, incluyendo unos 800 niños y niñas, han sufrido en carne propia la explosión de minas en Colombia.
Unas 7.000 víctimas han sobrevivido, pero la mayoría están mutiladas o ciegas.
Ávila aseguró que el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos "está plenamente decidido en avanzar en la lucha de este problema grave y acuciante" que afecta al 44 % de los 1.120 municipios del país.
Y es que colocar una mina cuesta unos 3 dólares pero desactivarla puede llegar a los mil dólares, calculó el responsable del programa gubernamental, tras explicar que, en 2009 y 2010, el Gobierno destinó 179.000 millones de pesos (unos 95 millones de dólares) a esas tareas.
Desde la Convención de Ottawa, firmada en 2007, Colombia muestra "avances importantísimos", resaltó Ávila, para quien hay "un mayor compromiso nacional y una mayor y decidida voluntad política para avanzar en este tema".
Resaltó como uno de los principales avances el "cumplimiento del desminado de las 235 bases militares" y el hecho de que en 2004 ya se hubieran destruidos "todos los arsenales" de la Fuerza Pública.
Según Ávila, dentro de las Fuerzas Armadas colombianas 400 efectivos, a los que calificó de "personal experto", se dedican a la tarea de desactivar minas.
Esos artefactos, reafirmó, "son colocados por los grupos armados ilegales como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN)", pero reconoció que es difícil establecer cuántas minas hay en Colombia.
Solo el año pasado se registraron 512 víctimas, "mas de una al día", y en lo que va de año "van 71, entre ellas 24 civiles", remarcó.
Para concluir, el responsable del plan gubernamental antiminas precisó que en estas tareas ayudan países como Japón, Canadá, los miembros de la Unión Europea y Estados Unidos.
Hace dos semanas el Gobierno colombiano abrió una Mesa Nacional de Diálogo Social para la Asistencia Integral a Víctimas de Minas Antipersonales (MAP), de municiones sin explotar (MUSE) y artefactos explosivos improvisados (AEI).
EFE
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