Bajo la mirada atenta de agentes federales, los manifestantes festejaron lo que calificaron como una pequeña pero importante victoria en su lucha por la reforma migratoria.
Decenas de líderes y activistas de la comunidad hispana de Phoenix (Arizona) transformaron un estacionamiento aledaño al Capitolio en un escenario de fiesta y plataforma de activismo, tras el bloqueo de parte de una polémica ley contra los inmigrantes indocumentados.
Horas antes, la juez federal Susan Bolton emitió un dictamen que bloquea parte de la ley SB1070, concebida por la legislatura estatal como elemento disuasorio contra la inmigración ilegal en Arizona.
Para efectos prácticos, su dictamen fue un revés para grupos que buscan estrechar el cerco a los inmigrantes clandestinos y obligarlos a largarse voluntariamente de EE.UU.
Bajo la mirada atenta de agentes federales y un enjambre de periodistas, los manifestantes salieron a festejar lo que calificaron como una pequeña pero importante victoria en su lucha por la reforma migratoria.
"No somos inmigrantes. Somos legales, americanos de origen mexicano, le duela a quien le duela...lo que tenemos que hacer es luchar, solo los cobardes huyen", dijo a Efe Josefina Nevarez, originaria de Durango (México) pero que lleva varios años en Arizona.
Nevarez insistió en que pese al dictamen de Bolton, la SB1070 sigue siendo una "ley anti-inmigrante" y los activistas continuarán sus campañas de presión hasta derrotarla por completo.
En el estacionamiento, Nevarez, al igual que otros hombres, mujeres y niños buscaban la sombra de un árbol, se abanicaban con panfletos, o compraban helados, agua y sodas de vendedores que empujaban un congelador ambulante.
Formaban así una estampa que evocaba algo de las fiestas patronales en algunos pueblos de América Latina.
Azuzados por los adultos, decenas de niños tomaban turnos para pegarle a una piñata en forma de estrella, mientras los activistas coreaban "No a la SB1070", "Abajo con Arpaio" y "Dale duro a la bruja".
Con esas consignas, hicieron alusión no sólo a la polémica ley, que ha quedado reducida mientras el tribunal estudia su constitucionalidad, sino también al alguacil del Condado Maricopa, Joe Arpaio, que mañana mismo continuará sus redadas, y a la gobernadora republicana, Jan Brewer, que promulgó la SB1070 el pasado 23 de abril.
Los activistas erigieron un altar a la Virgen María y a otros santos, que rodearon con letreros que rezaban "No más separación de familias", "Recemos por la justicia", y "No somos ilegales".
Otros activistas portaban pancartas con mensajes como "Nazizona: Resiste, pueblo, resiste", como argumento de que la SB1070 serviría para acosar a todo inmigrante.
Mientras, un guitarrista se acomodó bajo la sombra de un olivo a entonar una canción y, a unos cuantos pasos, otros músicos improvisaron un baile a la Virgen María con tambor y armónica en mano.
En varias mesas se repartía información para la inscripción de votantes y para las actividades de protestas y vigilias programadas para mañana por grupos como "Puente" y "Promise Arizona".
Durante una rueda de prensa, Arpaio dejó en claro que el dictamen de Bolton no frenará sus operaciones para la "supresión del crimen", un eufemismo que el alguacil utiliza con frecuencia para referirse a las redadas.
Arpaio, de hecho, emitió una advertencia para los activistas que hoy desembarcaron de California, si se atreven a bloquear el acceso a su cárcel, dará órdenes para que ellos también terminen allí.
Para los activistas, es momento de celebrar y planear futuras movilizaciones a favor de la reforma.
"Este triste capítulo en nuestra historia ofrece lecciones. Esperamos salir de esto como una comunidad más activa y más involucrada contra la injusticia, con su propia voz y voto", dijo Petra Falcón, directora ejecutiva de "Promise Arizona".
Rodeada de los restos de la piñata, Nevarez respondió a la advertencia de Arpaio: "que se cuide Arpaio... Dios ama a la familia, no la desunión".
EFE
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