Sudáfrica contabiliza hasta la fecha 703 793 contagios y 18 471 son fallecimientos por la COVID-19, mientras la amenaza de una segunda ola se cierne sobre África.
El ministro de Salud de Sudáfrica, país que se mantiene como el gran epicentro de casos activos de la COVID-19 del continente africano, anunció haber dado positivo por coronavirus y estar en cuarentena; mientras aumentan los temores ante una posible segunda ola en la nación austral.
Zweli Mkhize, titular de la cartera de Salud sudafricana y principal rostro de la respuesta contra la pandemia del Gabinete de Cyril Ramaphosa, comunicó a última hora de este domingo que tanto él como su mujer figuraban entre los 1 662 casos positivos confirmados durante esa jornada.
"Decidimos hacernos test ayer cuando empecé a mostrar síntomas suaves. Me sentía anormalmente cansado y, según avanzaba el día, empecé a perder el apetito. Mi esposa tenía tos, se sentía mareada y exhausta. Dados sus síntomas, los doctores aconsejaron que fuera admitida para observación y rehidratación", transmitió Mkhize a través de Twitter a última hora del domingo.
El ministro permanecerá en cuarentena en su casa y es "optimista" sobre su recuperación, pero aprovechó la oportunidad para mandar un mensaje de advertencia a todos los sudafricanos para que no bajen la guardia.
"Como país, hemos dado significativos pasos en nuestra lucha contra esta pandemia. No nos arriesguemos a retroceder. Con cualquier cosa que hagamos y allá donde vayamos, tengamos en mente que el riesgo de una segunda ola sigue ahí", recalcó el funcionario.
Tanto el presidente de Sudáfrica como autoridades sanitarias del continente han mandado mensajes de ánimo a Mkhize y su esposa.
"Me uno al ministro en llamar a todos los sudafricanos a seguir siendo cuidadosos y hacer todo lo que necesitemos para estar a salvo y ayudar al país a evitar una segunda ola de la pandemia", recalcó el presidente Ramaphosa.
Temor ante segunda ola
De acuerdo a la última actualización de los datos sobre la enfermedad, Sudáfrica contabiliza hasta la fecha 703 793 contagios, de los cuales 18 471 son fallecimientos y 634.543 figuran ya como pacientes dados de alta.
Con esos números, la tasa de recuperación en el país alcanza el 90 % y la propagación de la enfermedad se mantiene contenida desde agosto, mes en el que Sudáfrica pudo, por fin, declarar que había comenzado a doblegar su severa curva epidémica.
Pese a ello, los temores de una segunda ola como la que está atravesando Europa crecen cada semana en la nación más desarrollada de África, especialmente a raíz de la constatación de un ligero repunte de los contagios en las provincias de más actividad económica: Gauteng, donde están Pretoria y Johannesburgo, y el Cabo Occidental, donde se encuentra Ciudad del Cabo.
La misma amenaza se cierne sobre el resto del continente africano, donde el número de casos volvió a aumentar en general la semana pasada según advirtieron el jueves expertos de la Unión Africana (UA).
Una segunda ola en estos momentos sería devastadora para Sudáfrica, ya que el país busca reactivar su deteriorada economía después de que durante el segundo trimestre del año - en coincidencia con los meses en los que se aplicó un confinamiento muy duro - sufriera una contracción del producto interior bruto (PIB) del 51 % y la destrucción de unos 2,2 millones de empleos.
Paralelamente, el país está realizando un estudio de prevalencia de anticuerpos para analizar el verdadero impacto de la pandemia en Sudáfrica.
Los primeros datos apuntan a que el número de infecciones podría haber sido hasta 20 veces superior a lo detectado, con un enorme número de casos asintomáticos no identificados, lo que podría mitigar el impacto de una segunda ola.
(Con información de EFE)
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