Un estudio revela que las vastas regiones deforestadas en zona selvática crean condiciones que favorecen desarrollo del mosquito Anopheles darlingi, transmisor de la enfermedad.
La deforestación de la selva amazónica provoca un aumento de cerca del 50% en la incidencia de la malaria en esa región, informó un estudio realizado por investigadores estadounidenses difundido el miércoles.
El estudio fue realizado a partir de información sobre la frecuencia de casos de paludismo en 54 distritos sanitarios brasileños registrados en 2006, combinada con imágenes de alta definición tomadas por satélites que muestran la deforestación de la selva tropical.
"Al parecer la deforestación es uno de los factores ecológicos iniciales que podrían desatar una epidemia de malaria", indicó Sarah Olson, del Nelson Institute de la Universidad de Wisconsin (norte), principal autora de la investigación difundida en la edición online del Centro de Control de Enfermedades estadounidense sobre enfermedades infecciosas emergentes.
Las vastas regiones deforestadas en la zona selvática crean condiciones que favorecen el desarrollo del mosquito Anopheles darlingi, uno de los principales vectores de transmisión del parásito responsable del paludismo, que se nutre de la sangre de las personas infectadas, explicó.
"Los espacios deforestados, más abiertos, con extensiones de agua calentada por el sol parecen constituir un habitat ideal para ese mosquito", agregó la científica.
AFP
El estudio fue realizado a partir de información sobre la frecuencia de casos de paludismo en 54 distritos sanitarios brasileños registrados en 2006, combinada con imágenes de alta definición tomadas por satélites que muestran la deforestación de la selva tropical.
"Al parecer la deforestación es uno de los factores ecológicos iniciales que podrían desatar una epidemia de malaria", indicó Sarah Olson, del Nelson Institute de la Universidad de Wisconsin (norte), principal autora de la investigación difundida en la edición online del Centro de Control de Enfermedades estadounidense sobre enfermedades infecciosas emergentes.
Las vastas regiones deforestadas en la zona selvática crean condiciones que favorecen el desarrollo del mosquito Anopheles darlingi, uno de los principales vectores de transmisión del parásito responsable del paludismo, que se nutre de la sangre de las personas infectadas, explicó.
"Los espacios deforestados, más abiertos, con extensiones de agua calentada por el sol parecen constituir un habitat ideal para ese mosquito", agregó la científica.
AFP
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