Habla la expresidenta de Brasil a casi un año de que fuera sacada del cargo tras un juicio político en su contra.
La expresidenta de la República Federativa del Brasil, Dilma Rousseff, dio una entrevista al The New York Times a poco menos de un año de haber sido separada de su cargo, luego de un proceso de Impeachment en el que se le acusó de irregularidades y corrupción en su gestión.
La lideresa del Partido de los Trabajadores valoró de manera negativa el gobierno de su sucesor, Michel Temer. "Es un gobierno sumamente antimujeres. Hay hombres blancos, viejos y ricos, me entristece, me desanima", comentó.
Pugnas políticas. Para la exmandataria, existió un elemento misógino que impulsó su vacancia el 1 de septiembre de 2016. "Había dobles estándares para los hombres y para las mujeres. Decían que era muy emocional y frágil, también usaron palabras groseras, me llamaron vaca como 600 veces", expresó Rousseff.
Después de 13 años de gobierno de su partido (que también había tenido a Lula da Silva al mando de la Nación en dos períodos), Dilma reconoce que uno de los errores de su gobierno fue avalar recortes extensos a los impuestos. Con esta medida no logró lo que esperaba: que las empresas inviertan más y generen más empleos, pero ocurrió lo contrario, que no invirtieron pero sí ganaron más.
Futuro de partido. También ha responsabilizado al centro de inclinarse hacia la derecha y convertirse en una oposición férrea a su gobierno. "Es como la historia del caballo de Troya, que así entra el enemigo a la ciudad. No darme cuenta de ello fue un error", dijo.
Sobre el Partido de los Trabajadores, confirmó que en las elecciones 2018 participarán porque tienen un compromiso con su país. "No importa quién gane con tal de que el juego sea limpio y que esa persona traiga estabilidad política y económica".
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