Los leones José y Liso habitaban un santuario de felinos. La Policía cree fueron curanderos quienes los mataron para usar sus miembros en rituales.
Los leones José y Liso, rescatados de circos peruanos en abril de 2016, fueron encontrados descuartizados en una reserva animal de Sudáfrica, a donde fueron llevados para iniciar una nueva vida en su hábitat natural por la ONG Animal Defenders International (ADI).
Los cuidadores del Santuario de Grandes Felinos de Emoya, ubicado al norte del país africano, hallaron los cuerpos de los felinos, decapitados, sin patas, cola y piel. El espantoso hallazgo ha conmocionado a los ambientalistas.
Curanderos. La policía cree que fueron curanderos los que mataron a los leones para usar sus miembros en rituales. En esa zona del África se cree que las partes de algunos animales sirven para la preparación de pócimas "curativas o mágicas".
La ONG ADI dijo que en los 21 años que llevan trasladando animales a áreas protegidas, es la primera vez que ocurre algo así. Jan Creamer, directora de la ONG, dijo estar devastada con lo que ha pasado.
José y Liso, habían sido rescatados junto a otros 31 leones en un operativo llamado ‘Espíritu en Libertad’ realizado en Perú y Colombia. Veinticuatro venían de circos peruanos y nueve de circos colombianos. El trabajo para salvar a los animales comenzó en 2011, cuando los gobiernos de ambos países aprobaron leyes que ordenaban que los circos entreguen a los animales silvestres.
La noticia del traslado de los leones desde el aeropuerto Jorge Chávez hacia Sudáfrica dio la vuelta al mundo. Se trataba del traslado más grande de la historia que se haya realizado de este tipo de animales. El sábado 30 de abril llegaron a Johannesburgo tras 15 horas de vuelo y un día después fueron liberados en el santuario de Emoya. "José y Liso sufrieron una vida de abusos terribles, pero su nueva morada en África les había infundido una nueva vida", dijo hoy Creamer a la BBC, al lamentar la muerte de los animales.
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