El gobierno de Putin quiere reforzar la defensa en la costa mediterránea de Siria con el sistema S-300. La medida no fue respaldada por el gobierno de Obama.
Estados Unidos criticó hoy el despliegue por parte de Rusia de un sistema de misiles antiaéreos en Siria, pese a que las únicas fuerzas que sobrevuelan el país de manera constante son aliados de Moscú o de Washington.
El Gobierno ruso anunció el despliegue del sofisticado sistema antiaéreo S-300 en la base naval de Tartús, en el oeste sirio, para reforzar la defensa de la costa mediterránea de Siria.
Peter Cook, portavoz del Pentágono, dijo que "el propósito del sistema es cuestionable", teniendo en cuenta que el gobierno de Putin ha reiterado que sus objetivos militares son grupos extremistas como el Estado Islámico (ISIS) o el Frente Al Nusra.
Recordó que ninguno de esos dos grupos yihadistas (ni ningún otro grupo rebelde dentro de la guerra civil siria) "tiene una fuerza aérea" y no entienden el propósito del despliegue.
"Obviamente vamos a vigilar de cerca estos sistemas antiaéreos y evaluaremos las implicaciones para los aviones de la coalición (que lidera Estados Unidos). Tomaremos las medidas necesarias para garantizar la seguridad de nuestros pilotos durante sus vuelos en Siria", indicó Cook.
El portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, dijo que este nuevo despliegue militar cuestiona la "credibilidad" de la misión rusa en Siria y es contrario a lo expresado por Vladímir Putin, de que están luchando contra el extremismo.
"No tengo constancia de que el ISIS o Al Qaeda operen aviación en Siria", señaló Earnest en tono sarcástico. (Con información de EFE).
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