En la actualidad hay más de 250 rehenes en manos de piratas somalíes, muchos de ellos de naciones pobres como Bangladesh, Pakistán y Filipinas.
Estados Unidos rescató con
vida frente a la costa de Somalia al capitán de la marina mercante Richard
Phillips, secuestrado desde el miércoles en una operación en la que murieron
tres de los piratas que lo mantenían retenido.
La ofensiva militar,
protagonizada por fuerzas especiales de
El vice-almirante
estadounidense Bill Gortney explicó hoy en una rueda de prensa telefónica desde
Bahrain que un pequeño grupo de francotiradores emprendió fuego contra los
captores tras determinar que Phillips afrontaba un "peligro
inminente".
Las fuerzas estadounidenses
viajaban a bordo del buque de guerra USS Bainbridge, que se encontraba a sólo
unos 25 o 30 metros del bote salvavidas en el que los piratas mantenían a
Phillips.
Momentos antes del ataque
los captores apuntaban al capitán de la marina mercante con rifles AK-47, según
el relato de Gortney.
La noticia de la liberación
fue recibida con júbilo en la localidad del estado de Vermont (noreste de
EE.UU.) donde reside Phillips, así como entre los miembros de la tripulación
que atracaron el sábado en el puerto de Mombasa (Kenia).
Los miembros de la tripulación
están "exultantes", aseguró en un comunicado John Reinhart,
presidente de Maersk Line Limited, empresa propietaria del buque que pilotaba
Phillips, el "Maersk Alabama".
Gortney aseguró que Phillips
goza de buena salud e informó que el cuarto pirata que protagonizó el secuestro
está recibiendo un trato digno. El Departamento de Justicia estadounidense
afirmó en un comunicado que revisa las pruebas del secuestro para decidir si
emprende un juicio contra el captor en EE.UU.
El cuarto captor logró
salvar su vida al estar a bordo del USS Bainbridge cuando se produjo el suceso
donde negociaba con un equipo estadounidense los términos de la liberación de
Phillips.
El rescate del capitán del
carguero "Maersk Alabama" pone fin a una saga que arrancó el
miércoles cuando los piratas abordaron el buque que se dirigía a Mombasa con un
cargamento de contenedores de comida del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de
Naciones Unidas.
Phillips se ofreció entonces
como rehén para garantizar la vida de los tripulantes de su barco.
El gesto mereció hoy el
reconocimiento de Obama.
"Comparto la admiración
del país por la valentía del capitán Phillips y la preocupación desinteresada
por su tripulación", señaló el presidente en un comunicado, en el que
añadió que "su coraje es un modelo para todos los estadounidenses".
Las negociaciones para la
liberación de Phillips comenzaron el jueves.
Tres buques de guerra
estadounidense vigilaron de cerca en las últimas horas el pequeño bote
salvavidas en el que los piratas mantenían al rehén.
La noticia llega tras el
trágico rescate el viernes por parte del ejército francés de un velero galo
apresado en aguas de Somalia, en una operación que se saldó con la muerte de
uno de los rehenes y dos de los secuestradores.
Además, otro grupo de
piratas secuestró ayer un remolcador estadounidense con bandera italiana y 16
tripulantes a bordo en el Golfo de Adén, al norte de la costa de Somalia.
Los recientes secuestros han
servido para recordar el problema de la piratería en el Cuerno de África.
En la actualidad hay más de
250 rehenes en manos de piratas somalíes, muchos de ellos de naciones pobres
como Bangladesh, Pakistán y Filipinas, el país con mayor número de
secuestrados, un total de 92, que han recibido escasa atención en la prensa
internacional.
Obama aseguró que Estados
Unidos sigue decidido a frenar el incremento de la piratería en la región.
"Para lograr ese
objetivo tenemos que trabajar con nuestros aliados para prevenir futuros
ataques, estar preparados para prohibir los actos de piratería", indicó el
presidente.
Destacó, además, que es
preciso asegurar que aquellos que cometen actos de piratería pagan por sus
crímenes.
EFE
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