Un panel de expertos animó a China, máximo contaminante por CO2 del mundo, a seguir investigando en tecnologías para reducir el efecto invernadero hacia el 2030.
China, el país más contaminante del mundo en dióxido de carbono enviado a la atmósfera, alcanzará el tope de emisiones alrededor de 2030, según un panel de expertos de la Comisión Nacional de Reforma y Desarrollo (NDRC), el máximo órgano de planificación económica.
El informe asegura que el Gobierno chino está "en el buen camino" para lograr un crecimiento más sostenible que mantenga el auge económico y una mayor eficiencia energética.
Según el documento, sólo disponible en mandarín y titulado "Informe China 2050 Energía y Emisiones de CO2", China seguirá incrementando sus emisiones de dióxido de carbono en la próxima década, sufrirán un frenazo después de 2020 y alcanzarán su punto máximo hacia 2030.
Se trata de la primera ocasión en que un organismo controlado por las autoridades chinas revela el futuro de las emisiones de CO2 en la que es la tercera economía mundial.
El panel de expertos animó a Pekín a seguir investigando en tecnologías para reducir el efecto invernadero.
"Sólo usando tecnologías avanzadas de bajo índice de carbono, China puede lograr el tope de emisiones de efecto invernadero hacia 2030. Si no, el pico se retrasará y no queremos asistir al escenario que supondría", expuso Jiang Kejun, economista del grupo de expertos que elaboró el informe.
En este sentido, Jiang apostó por insistir en las energías nucleares, eólicas e hidroeléctricas, "que deberían ser un objetivo estratégico a perseguir por el Gobierno chino".
El economista añadió que si China cumple sus planes, para 2050 las emisiones de CO2 "pueden caer a los niveles de 2005, o más".
El cálculo del grupo de expertos es que el gigante asiático, el máximo contaminante por CO2 del mundo tras superar en 2008 a EEUU, debe invertir anualmente 146.300 millones de dólares, (103.700 millones de euros) para conseguir sus metas.
China ha sido largamente criticada por la comunidad internacional por no sumarse al Protocolo de Kyoto para limitar las emisiones de CO2 y, por ello, se antoja crucial los esfuerzos para lograr que el acuerdo que le suceda (Kyoto expira en 2012) sea viable.
Bajo las actuales normas, China, como economía emergente, no está obligada a cuantificar cuotas de emisión de gases de efecto invernadero, cláusula que Pekín se resiste a modificar argumentando que su tasa de CO2 por habitante es mucho menor que la de los países desarrollados.
EFE
El informe asegura que el Gobierno chino está "en el buen camino" para lograr un crecimiento más sostenible que mantenga el auge económico y una mayor eficiencia energética.
Según el documento, sólo disponible en mandarín y titulado "Informe China 2050 Energía y Emisiones de CO2", China seguirá incrementando sus emisiones de dióxido de carbono en la próxima década, sufrirán un frenazo después de 2020 y alcanzarán su punto máximo hacia 2030.
Se trata de la primera ocasión en que un organismo controlado por las autoridades chinas revela el futuro de las emisiones de CO2 en la que es la tercera economía mundial.
El panel de expertos animó a Pekín a seguir investigando en tecnologías para reducir el efecto invernadero.
"Sólo usando tecnologías avanzadas de bajo índice de carbono, China puede lograr el tope de emisiones de efecto invernadero hacia 2030. Si no, el pico se retrasará y no queremos asistir al escenario que supondría", expuso Jiang Kejun, economista del grupo de expertos que elaboró el informe.
En este sentido, Jiang apostó por insistir en las energías nucleares, eólicas e hidroeléctricas, "que deberían ser un objetivo estratégico a perseguir por el Gobierno chino".
El economista añadió que si China cumple sus planes, para 2050 las emisiones de CO2 "pueden caer a los niveles de 2005, o más".
El cálculo del grupo de expertos es que el gigante asiático, el máximo contaminante por CO2 del mundo tras superar en 2008 a EEUU, debe invertir anualmente 146.300 millones de dólares, (103.700 millones de euros) para conseguir sus metas.
China ha sido largamente criticada por la comunidad internacional por no sumarse al Protocolo de Kyoto para limitar las emisiones de CO2 y, por ello, se antoja crucial los esfuerzos para lograr que el acuerdo que le suceda (Kyoto expira en 2012) sea viable.
Bajo las actuales normas, China, como economía emergente, no está obligada a cuantificar cuotas de emisión de gases de efecto invernadero, cláusula que Pekín se resiste a modificar argumentando que su tasa de CO2 por habitante es mucho menor que la de los países desarrollados.
EFE
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