Con su carne elaboran productos de medicina tradicional. Buscan evitar que los sigan cazando.
El manis o 'pangolín' es un animal que come hormigas y que es muy poco conocido y visto. Vive en zonas tropicales de Asia y África, llega a medir entre 30 centímetros y un metro y tiene la apariencia de una alcachofa.
Este mamífero ha sido el tema principal de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES por sus siglas en inglés), que se lleva a cabo en Sudáfrica, por ser uno de los más traficados en el mundo.
Durante el foro se ha propuesto que las ocho especies de pangolín sean prohibidas para el comercio internacional. Si la decisión es positiva, se podría salvar de la extinción a esta especie que es utilizada por cazadores para elaborar productos de medicina tradicional, sobre todo en Asia.
El tímido y apacible animalito necesita atención internacional para que sobreviva. El voto de la CITES sobre el particular es importante. Así lo ha estimado Ginette Hamley, vicepresidente de conservación de vida salvaje de la WWF. "Se ha vuelto una causa real. Son únicos y vulnerables", dijo a la CNN.
Las cifras de la organización WildAid, aproximadamente 1 millón de manis fueron traficados en los últimos 15 años. Los cazan y los envían por toneladas a distintos países donde los utilizan para elaborar productos o para consumir su carne, a la que consideran fina y cara y que crean un mercado negro para su comercialización.
El plan es hacer visible este caso y poner como protagonista al pangolín para que la comunidad internacional tome conciencia y se salve de la extinción a una especie poco conocida.
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