Vulcanólogos advierten que la actividad del Merapi, puede prolongarse durante meses, pero que no debería haber nuevas víctimas mortales si se respetan las normas de seguridad.
El número de personas muertas en las erupciones del volcán Merapi, situado en la región central de la isla indonesia de Java, subió hoy a 44, cuando la cumbre ha vuelto a arrojar lava, gases y ceniza incandescente.
Unas 75.000 personas están acogidas en los centros de evacuados habilitados por las autoridades, que la víspera ampliaron de 10 a 15 kilómetros el perímetro de seguridad en torno a la cumbre, de 2.194 metros de altura.
No todos los indonesios de la zona respetan el área de seguridad, algunos por su edad se niegan a abandonar sus casas pese al riesgo y se ocultan cuando pasan los agentes y otros moran en los campamentos, pero regresan a sus cosechas, animales o casas de madrugada, por miedo a perder sus escasas posesiones.
La indonesia Karyo Suwito, de 85 años, fue evacuada hoy por la fuerza de su vivienda en la aldea de Kepuharjo, a unos seis kilómetros de la montaña, después de que sus familiares avisasen a las autoridades.
"La casa estaba cerrada por dentro. Tuvimos que forzar la entrada. El interior estaba oscuro y sucio", declaró el voluntario Taufik a la edición digital del diario "Kompas".
Warsino, una hija de la anciana, explicó que su madre abandonó el campamento de evacuados el domingo y regresó a su hogar porque se sentía incómoda, le asustaba tanto bullicio, el ruido de los automóviles y de las motos.
Los vulcanólogos han dicho que la actividad del Merapi, cuyo nombre significa "montaña de fuego", puede prolongarse durante meses y que no debería haber nuevas víctimas mortales si se respetan las normas de seguridad.
Mediante el despliegue de soldados y policías se ha formado un cordón en trono al volcán, que empezó con las erupciones el 26 de octubre, para impedir la entrada de personas o el regreso de los vecinos.
Otros grupos en vehículos recorren las aldeas para trasladar a lugar seguro a los infractores y asegurarse de que no se producen pillajes.
El Merapi es uno de los volcanes más activos de Indonesia y está catalogado como estratovolcán, o de cono compuesto, como el Teide en España.
Una de las peores erupciones suyas que se conoce sucedió en 1930 y mató a unas 1.300 personas.
Otro volcán, el Egon, en la isla de Flores, comenzó a aumentar su actividad el miércoles y las autoridades han alertado a la población inmediata del peligro.
"El cráter se encuentra cubierto de un nube espesa de humo y hemos advertido a los habitantes que no se acerquen", indicó hoy el director del centro de observación del Egon, Suryanto, según la agencia de noticias Antara.
Indonesia pertenece al llamado "Anillo de Fuego del Pacífico", una zona de gran actividad sísmica y volcánica, y al menos 129 de sus más de 400 volcanes están activos. EFE
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